La petición institucional de Llíria, la Ciudad de la Música, de que su conservatorio municipal y los 32 trabajadores del centro se integren en la red de la Conselleria de Educación y pasen a ser costeados por la Generalitat, no es un episodio aislado, más bien supone la punta del Iceberg en un problema de falta de viabilidad económica que sufren la mayor parte de los conservatorios municipales de la Comunitat Valenciana.
La solicitud realizada por Llíria, ante las dificultades económicas que tiene el ayuntamiento para seguir sufragando el servicio, tiene algunos precedentes. Tres conservatorios de reconocido prestigio como los de Castelló, Utiel y Catarroja, fueron en origen centros municipales, y por las reivindicaciones de su personal y de sus autoridades locales consiguieron integrarse en la red autonómica de conservatorios de la Conselleria de Educación. Incluso la mayor parte de los docentes de estas instituciones también pudieron salvar sus puestos de trabajo.
En la actualidad, hay otras ciudades de gran tradición musical que también han solicitado a la administración autonómica que asuma la gestión del personal y los costes económicos de sus centros porque carecen de suficientes recursos para mantenerlos y resultan una pesada carga para las cuentas locales.
Por ejemplo, el pasado 13 de octubre, los concejales de Conservatorio, Manuel Sierra, y de Hacienda, Juncal Carrascosa, de Buñol, se reunieron con la directora general de de Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial, Marina Sánchez, para tratar la integración del conservatorio municipal San Rafael en la red de la Generalitat. «Esta reclamación histórica de los gobiernos de Buñol fue bien acogida „según el equipo de gobierno local„ por el nuevo Consell, que actualmente está estudiando y redefiniendo el Mapa de Conservatorios y Centros de Música de la Comunitat Valenciana». La institución de la Hoya de Buñol tiene 40 años de historia. Por su parte, en Benicarló y Segorbe, donde hay dos conservatorios municipales, que en la práctica acogen a estudiantes de las comarcas cercanas, la asfixia económica también está presente. El consistorio de Benicarló ha pedido formalmente que este centro supracomarcal sea absorbido por la Generalitat en reiteradas ocasiones pues pese a tener más de 200 alumnos, el grueso de su presupuesto sale de las arcas municipales. Además, las subvenciones de otras administraciones no cubren ni un 20% de los gastos.
