La concejala del equipo de gobierno socialista, Isabel Aigües, renunció el viernes a la delegación de personal por sorpresa con lo que ha provocado una nueva crisis de gobierno en el ejecutivo de Llíria. Esta área de la gestión municipal se la había otorgado el alcalde Manolo Civera (PSOE) tras romper Compromís-MoVe el acuerdo que tenía con los socialistas en la capital del Camp de Turia. Aigües no ha dimitido pero se niega a asumir más competencias si no es liberada al menos al 50% tal como explica en su escrito presentado en el ayuntamiento. De hecho, argumenta que para cumplir las nuevas atribuciones de manera efectiva y responsable necesita esa dedicación exclusiva a la gestión municipal.

Sin embargo, el problema que tiene Manolo Civera, es que al gobernar en minoría, teme llevar al pleno la aprobación de nuevas liberaciones, al completo o parciales, para sus concejales, porque intuye que la oposición, PP y Compromís-MoVe se las tumbarían.

Al parecer, según fuentes de la corporación edetana, los propios sindicatos con representación municipal han comunicado a Aigües que quieren que se libere en una mesa de negociación celebrada la semana pasada.

En el núcleo duro del alcalde se considera que Aigües «se ha precipitado en su decisión» pues genera un nuevo problema a Civera y se debilita aún más su imagen política. Mientras, la portavoz del PP, Reme Mazzolari, considera que esta renuncia parcial, «sólo demuestra la falta de capacidad del alcalde de Llíria de llegar a consensos, incluso con su propio grupo municipal», remarcó.