Hay costumbres en los pueblos que, de tan extendidas que están, de tanto usarse por parte de los vecinos «durante toda la vida», como se suele decir, acaban convirtiéndose en una patente de fiabilidad al cien por cien, todo y que no haya detrás ningún riguroso trabajo científico que así lo demuestre. Eso es lo que ocurre, por ejemplo, en el uso del azufre, una sustancia química peligrosa, como medida para ahuyentar a los perros que vagan por las calles y hacen sus necesidades sobre las fachadas de las viviendas. La creencia es que estos polvos de color fluorescente se esparcen sobre la fachada de casas y garajes y su mera presencia evita que por allí se acerque algún animal con ganas de orinar.
Pues bien, Simat de la Valldigna ha aprobado una ordenanza que prohibe el uso del azufre en la vía pública como material disuasorio contra los animales.
Y es que desde el departamento de Sanidad del Ayuntamiento simatero consideran que «no está probado» que esta sustancia tenga el efecto disuasorio que se le atribuye y, por lo tanto, no evita que los perros o gatos orinen en las fachadas de las casas.
A diferencia de lo que se cree, el azufre es una sustancia peligrosa que puede generar problemas de salud no solo a los animales, a los que desde el Gobierno local tambiñen se intenta proteger, sino a los propios humanos, si es ingerido, inhalado o solo con el contacto con la piel. Entre los efectos nocivos están las úlceras en la piel, inflamación de las mucosas nasales, inflamación de los ojos e incluso problemas respiratorios. Preocupa, por ejmplo, que un niño jugando por el suelo tuviera contacto con esta sustancia de forma accidental.
Así pues, según recordaba la concejala de Sanidad, Maria José Gregori, la nueva ordenanza del ayuntamiento prohíbe que se depositen productos químicos en la vía pública y en esa lista está el azufre.
A cambio, el consistorio ha publilcado a través del perfil municipal en la red social Facebook una serie de recomendaciones para que los vecinos cambien el azufre por remedios naturales que si bien sí que parece que ahuyentan a los animales, no tienen sobre su salud ningún efecto negativo.
Entre estos trucos, el documento propone exprimir dos limones en agua y rociar el preparado sobre la fachada. Se recomienda también puliverizar la entrada a la vivienda con vinagre porque, según Gregori, «los perros odian el vinagre». En tercer lugar, el Gobierno local propone un brebaje hecho con una taza de alcohol blanco y otras dos de agua, introducirlo en una botella pulverizadora y echar el líquido en el punto donde habitualmente se acercan los canes a hacer sus necesidades. Por último, la lista que ha hecho pública el ayuntamiento porpone el uso de amoníaco y agua para ahuyentar a los animales. Otro elemento que en los pueblos se usa para evitar que orinen los animales son las botellas de plástico llenas de agua. «Estéticamente no hacen bien, es cierto, y tampoco está probado que tengan el efecto que se busca, sin embargo, no hacen daño a la salud, así que ese elemento no está prohibido», sentenciaba la concejala Maria José Gregori.
