Los concejales de Riba-roja ya no dispondrán del privilegio de dar regalos en la cabalgata de Reyes. Así lo ha comunicado el alcalde, Robert Raga, que ha firmado una providencia en la que se prohíbe a los ediles, tanto del gobierno como de la oposición, participar de forma activa en el reparto de juguetes a los niños de la localidad.
De este modo se pone fin a una práctica que había sido habitual en los últimos años en el municipio del Camp de Túria. «Durante muchos años los concejales daban regalos importantes y caros», asegura Raga. Es más, los propios juguetes permanecían guardados en la misma sede del Partido Popular hasta el 5 de enero, lo que podía llegar a suscitar dudas sobre posibles favoritisimos en su posterior entrega. Ahora, en su lugar, se custodiarán en edificios e inmuebles de titularidad municipal para evitar cualquier sospecha.
Asimismo, según señala el propio gobierno, se ha reducido el coste económico de la cabalgata en un 10 %, de 30.568 euros a 27.000, ambas cifras lejos de los 83.000 euros gastados en 2007 o los 65.000 de 2009. Mientras en el pasado se entregaban durante el recorrido juguetes y regalos de alto valor económico, en ocasiones superaban los 50 euros, en esta edición sólo se repartirán caramelos y balones de plástico. A su vez, antes de la cabalgata, el paje real dará un obsequio a cada uno de los niños de la localidad que le entregue la carta con sus peticiones, con el objetivo de que «ninguno se quede sin el correspondiente regalo, de forma que apartamos cualquier atisbo de politización o manipulación», explica Raga. Según el alcalde, «estos regalos caros llegaban a provocar lloros en los niños, ya que no entendían por qué unos tenían y otros no».
Por otra parte, las donaciones recibidas de distintas empresas de los polígonos industriales de Riba-roja se destinarán el 7 de enero a los colegios públicos y concertados «de forma equitativa», para que puedan hacer uso de ellas, explica el equipo de gobierno de la localidad.
La concepción de la cabalgata también sufrirá otros cambios. Para empezar, el desfile partirá por primera vez desde la avenida de la Pau. Además, se ha estructurado en una parte tradicional que reproducirá un belén viviente con la participación de las seis fallas del municipio y voluntarios de la localidad, y otra más moderna ambientada en la animación de Walt Disney y con las presencias de las falleras mayor e infantil. No obstante, desde el ayuntamiento insisten en que se emplearán «medios de transporte alejados de la ostentación de años anteriores».
