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Deterioro

El vandalismo convierte la zona del PAI de Càrcer en un pueblo fantasma

El área residencial que proyectaba 355 viviendas se paralizó durante la crisis con solo 38 de ellas concluidas

El vandalismo convierte la zona del PAI de Càrcer en un pueblo fantasma

La gran zona residencial llamada a convertirse primero en un complejo para personas mayores con todo tipo de servicios asistenciales y, tras reorientar el proyecto, en una moderna urbanización para gente joven es hoy una ciudad fantasma. El vandalismo y el robo de todo tipo de materiales que se podían comercializar han desguazado alrededor de 65 viviendas que se quedaron inacabadas en la primera fase del proyecto, en la que el ayuntamiento sí concedió la cédula de habitabilidad a otras 38 que sí están acabadas y en buen estado.

El proyecto que contemplaba la construcción de 355 viviendas tropezó con la crisis cuando se ejecutaba la primera fase y se ha quedado como uno de los grandes esqueletos de hormigón que ha dejado el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. El actual alcalde de Càrcer, Josep Botella, se limitó a comentar que el ayuntamiento, que no ha recepcionado la urbanización, está haciendo gestiones para intentar «que ese problema no se traspase al pueblo de Càrcer». Cabe señalar que al menos parte de la urbanización está en manos de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) o banco malo, según confirmó Botella.

El proyecto de construir esta gran urbanización sobre una superficie de más de 120.000 metros cuadrados ubicada a poco más de un kilómetro del casco urbano de Càrcer se remonta a principios de la década pasada, cuando el propietario de las parcelas presentó un proyecto denominado Aldea Mayor, dirigido a matrimonios de la tercera edad con un poder adquisitivo medio-alto, procedente del centro y el norte de Europa. La idea inicial se reorientó para dar paso a una nueva propuesta denominada Jardines de Azahar, que proyectaba la construcción de 355 viviendas en torno a un edificio de servicios.

Tras diferentes vicisitudes, las obras del complejo arrancaron con la denominación Valle del Sol de Càrcer, que ofrecía una urbanización para gente joven con viviendas de cien metros cuadrados desde 160.000 euros, y la promotora diseñó una primera fase de la urbanización con 115 casas, que después tuvo que ajustar. No obstante, la promoción Valle del Sol se llegó a comercializar en la VII Feria Urbe Desarrollo, en el año 2007, con la previsión de que al año siguiente llegaran los primeros residentes.

Robos tras retirar la vigilancia

El complejo, que en la actualidad presenta dos zonas claramente diferenciadas -la de las viviendas acabadas, perfectamente cerrada y con buen aspecto, y la de las viviendas inacabadas y desguazadas, también vallada aunque con tramos de la cerca rotos- es en la actualidad un pueblo fantasma, pese a la elevada inversión que se ha realizado. La obra de urbanización, ya ejecutada, ha sufrido robos de trapas de alcantarilla y de todo tipo de cables en los cuadros de luz y más de sesenta viviendas que se quedaron a medio construir también han sufrido el vandalismo y un proceso de desguace para arrancar de ellas todo lo que se pudiera vender después de que se retirara la vigilancia que, durante un tiempo, se mantuvo en la obra.

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