L’Horta es cada vez menos huerta. La crisis de la agricultura tradicional valenciana queda patente con sólo echar un vistazo al paisaje pero también al analizar los números que recoge el Banco de Datos Territorial de la Generalitat. En lo que llevamos de siglo, los 43 municipios de la comarca han perdido alrededor de 4.500 hectáreas de superficies de cultivos, lo que representa una caída de un 17 % en la cantidad estimada de territorio comarcal explotado por la agricultura.
Las estimaciones de superficies por cultivos recogidas por la Generalitat entre 2002 y 2012 son elocuentes y, según los expertos, desde entonces la situación apenas se ha modificado. El estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 supuso un frenazo en el crecimiento urbanístico de los municipios a costa de sus huertas, principalmente en las localidades más cercanas a la ciudad de Valencia. Pero, por otra parte, la crisis que desde hace años vive la agricultura, donde los beneficios son cada vez más escasos y el relevo generacional más improbable, ha hecho que cada vez sean más las antiguas zonas de cultivos ahora abandonadas. Hace apenas unas semanas la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) alertaba del aumento del 0,22 % en apenas un año de la superficie de cultivos abandonados en la Comunitat Valenciana (mientras que en el resto de España ha descendido en un 1,95 %), principalmente en explotaciones citrícolas y viñedos.
La chufa y los frutales no cítricos
De todas formas, no todo es decadencia en la huerta de l’Horta. Por ejemplo, el Consejo Regulador de la Chufa, que reúne a agricultores de 17 municipios de l’Horta y Valencia, destacaba a finales de 2015 cómo la superficie dedicada al tubérculo había crecido un 11,74 % respecto a 2014. Eso sí, la chufa es una excepción entre los tubérculos de la comarca, ya que la superficie estimada dedicada a este cultivo en 2012 era un 15 % menor que en 2007 y un 56,69 % menor que en 2002.
Otro tipo cultivo que ha crecido en lo que va de siglo a contracorriente de la decadencia agrícola de la comarca es el de los frutales no cítricos, que ha pasado de las 1.116 hectáreas cultivadas en 2002 a las 1.519 hectáreas en 2007 y las 1.643 de 2012. Una diferencia positiva en diez años del 47,22 %. Ciertamente, en municipios como Torrent (478 hectáreas), Picassent (308), Paterna (181) o el Puig de Santa Maria, cada vez son más habituales los campos de kiwis, granadas o caquis (la superficie dedicada a esta última fruta ha crecido un 23,57 % en sólo un año en toda la C. Valenciana). Y lo hace en detrimento de los cítricos, cultivo que aunque sigue siendo el rey —se le dedicaban en 2012 un total de 15.323 hectáreas en toda l’Horta— ha ido perdiendo superficie de manera significativa.
