La aparición de jabalíes en la zona colindante con el Desert de les Palmes es habitual en los últimos años. De hecho, en la zona más próxima a la urbanización Montornés en Benicàssim los vecinos conviven con estos animales que pasean como un residente más del vecindario.

Sin embargo, algunos de los vecinos se quejaron de que la libre circulación de los animales es perjudicial para los residentes de la la urbanización y que incluso puede llegar a causar molestias y accidentes, ya que los animales no distinguen si dan sus paseos por calles urbanizadas o por carreteras y sendas. Por ello, según informaron algunos de los residentes, hace unos meses el que era presidente de la comunidad de vecinos de la urbanización presentó un escrito en la Conselleria de Medio Ambiente para que se permitiese realizar una batida contra los jabalíes allí presentes. Una petición que se les ha concedido y que se hará efectiva el próximo miércoles 27 cuando se permita la caza de los jabalíes.

Es en este punto en el que aparecen las diferencias entre los vecinos. Algunos se encuentran a favor de la batida, mientras que otros, por el contrario, opinan que su realización no es correcta. Es ese grupo de vecinos el que se ha dedicado a recoger firmas para intentar evitar que se de caza a los animales.

A 50 metros de las casas

Asimismo, los vecinos contrarios a la batida puntualizaron que la zona prevista, cercana al desierto y a las montañas, comenzará a «50 metros de nuestras casas», lo que hace lo «hace peligroso para nosotros». Además, la implicada señaló que ni los adultos ni los niños «queremos que les pase nada a los jabalíes, les hemos visto subir y bajar desde hace meses, desde que eran muy pequeños y no nos hace ninguna gracia».

Del mismo modo, también resaltó que han estado en contacto «con Seprona en Castelló y nos han dicho que la cacería del jabalí es muy cruel y no queremos tener que presenciarla ni que la presencien los niños». Ante esto, también afirmó que la «caza no es controlada», ya que no se distingue «en si los animales están en celo, si son crías o son hembras embarazadas», por lo que puede suponer «un peligro para la raza».