La lucha contra el mosquito tigre y la mosca negra corresponde a los ayuntamientos. El secretario autonómico de Medio Ambiente y Cambio Climático, Julià Álvaro, dejó claro ayer en Alzira que las competencias de la Generalitat a la hora de combatir estas molestas plagas que han causado estragos en los últimos veranos «están limitadas a una labor de apoyo e información a los ayuntamientos» y, según dijo, «en eso nos vamos a implicar». «Vamos a poner diferentes programas de información y coordinación tanto con las diputaciones como con los ayuntamientos y las mancomunidades», indicó Álvaro, mientras incidía en que las competencias para combatir el mosquito tigre las tienen los ayuntamientos y que la conselleria «tiene que estar a su lado y ayudarles allí no donde no puedan llegar». El secretario autonómico, no obstante, recordó que las medidas para evitar la proliferación de este insecto que provoca una dolorosa picadura también las tienen que aplicar los ciudadanos en sus casas ya que cualquier acumulación de agua en jardines domésticos puede convertirse en un foco.

El secretario autonómico admitió que existe una sensación de alarma por la presencia del mosquito tigre «que hay que tener en cuenta», pero dijo que también se tiene que «contextualizar y poner en su justa medida». Comentó que aunque en estos momentos no hay mosquito tigre, se sigue trabajando ya que esta misma semana había participado en una reunión interdepartamental con Sanidad y Turismo para organizar las competencias de la Administración autonómica en este campo.

Sin temor por la procesionaria

Álvaro también restó importancia a la plaga de procesionaria que, favorecida por las altas temperaturas del invierno, ha eclosionado con fuerza en muchos municipios. Así, distinguió entre la molestia o riesgo que puede suponer para los ciudadanos, «que conocemos y hemos de intentar evitar», dijo, y, por otra parte, valoró la afectación que tiene para los pinos. «En este ámbito, la preocupación no debe ser tan importante, los pinos están acostumbrados a pasar las plagas de procesionaria, saben sobrevivir y si en algunos casos algunos no aguantan, tampoco es una cuestión que deba preocupar especialmente ya que hay zonas de sobrepoblación de pinos y es una depuración natural de nuestro ecosistema», indicó.

Álvaro comentó que la presencia de la plaga en zonas periurbanas es lo que representa la mayor molestia para los ciudadanos y señaló que «en eso se está trabajando». En este sentido, indicó que en pocos días se pondrán en marcha las brigadas de plagas, una medida habitual que no se ha podido activar antes por cuestiones administrativas. «Nos hemos encontrado con una situación de organización administrativa bastante defectuosa. Muchas cosas que hubieran requerido de equipos profesionalizados dentro de la conselleria se encargaban fuera y de forma irregular, estamos en un proceso de limpieza y regularización de esos procesos administrativos, pero eso comporta situaciones de calendario que provocan que no haya una brigada cuando se ha generado esta alarma social», apostilló.