Lluvias torrenciales. Esas dos palabras, pronunciadas de forma conjunta, se han convertido durante años en una pesadilla para muchos ciudadanos que viven en plantas bajas o tienen sótanos en una gran cantidad de municipios valencianos. Cada vez que llegaban, habitualmente en los meses de septiembre y octubre, las tuberías del alcantarillado se saturaban y el agua acababa saliendo por los desagües de sus casas. Una situación muy incómoda, a la par que desagradable.

Ante ello, en 2009, en Benaguasil se decidieron a buscar una solución. Para ello, el ayuntamiento se adhirió al programa Life+ de la Unión Europea para trabajar con sistemas urbanos de drenaje sostenible. La aplicación del proyecto le ha valido al consistorio para que ahora la Fundación Fórum Ambiental, con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, le otorgue el premio Ciudad Sostenible 2015 en la categoría Ciclo del Agua.

Habitualmente, para hacer frente a las inundaciones en los períodos de lluvias torrenciales, «la táctica empleada es hacer una tubería más grande, pero esto no soluciona el verdadero problema», explica Pedro Pablo Peris, concejal de Planificación y Territorio de esta localidad del Camp de Túria, e ingeniero de profesión. «Vamos a ir al origen. ¿Cómo? Vamos a intentar que la mayor parte del agua no entre en el sistema de alcantarillado», señala Peris. El principal objetivo para subsanar el problema es que sean las propias zonas verdes las que capten la mayor parte del agua en lugar del alcantarillado. «Por lo general, en la Comunitat Valenciana tenemos un defecto de construcción de parques y jardines, ya que las zonas de paseo están más bajas que el césped», admite Peris. Por ello, en Benaguasil plantearon una sencilla propuesta que ha dado buenos resultados: que el área de camino esté más alta para que el agua caiga a la zona verde y que ésta se filtre en el suelo.

Una vez filtrada e incluso limpia gracias a un suelo permeable, este agua se acumula en depósitos, para que el sobrante pueda ser reutilizado sin necesidad de pasar por depuradora alguna. De este modo, se colabora también con el ahorro de agua para riego, se permite que el camino siempre esté disponible para el tránsito y se reduce la cantidad de líquido que tiene que absorber el alcantarillado. En Benaguasil ya cuentan con varias zonas de jardín en las que se ha aplicado esta fórmula, que a partir del próximo plan general de ordenación urbana se pretende que sea obligatoria para el resto de obras. «Queremos que se aplique esta tecnología en movimientos futuros», asegura Peris.

Y una vez aprobados los beneficios de este proyecto, el siguiente paso fue aplicarlo a la energía. En 2012, Benaguasil, con la colaboración de la Universitat Politècnica de València, se unió al programa E2Stormed. En dicho proyecto se procedió a instalar una cubierta vegetal en una cuarta parte de la terraza de un edificio público. El resultado: en la parte donde se encuentra el techo verde se ahorra entre un 20 y un 22 % de la energía respecto a las otras tres cuartas partes de la instalación, según explica Peris. La vegetación consigue mantener el calor por la noche en invierno y en los días de verano mantiene más fresco el pavimento. Y, además, reutiliza el agua que cae en la terraza, que sirve para regar el cultivo.

Ahora, desde Benaguasil se plantean extender estos proyectos piloto al resto de infraestructuras del municipio y, si es posible, dar ejemplo para el resto de localidades. «La idea de estos programas es que se conozcan y se apliquen correctamente», concluye Peris.