El lunes puede haber una sorpresa mayúscula en el pleno de presupuestos de Llíria. Tras semanas de reuniones y negociaciones, oficiales y privadas, Compromís y PP han llegado a una conclusión: sus propuestas de presupuesto para la población presentan más de un 80 % de coincidencias. Por tanto, es más que posible que ambas formaciones, que sobre el papel están en las antípodas ideológicas, voten y aprueben un presupuesto común y alternativo al que ha propuesto el PSPV, que gobierna en minoría. Ambas formaciones, que están en la oposición en el consistorio pero que sumarían la mayoría absoluta, han presentado cada una de ellas una enmienda a la totalidad al proyecto de presupuestos que planteó el alcalde socialista y concejal de Hacienda, Manolo Civera.

El PP ha mantenido contactos para llegar a un documento de consenso con el PSPV y con Compromís, por separado; y conjuntamente en la comisión de Hacienda, también con Llíria Puede. Compromís, por su parte, convocó una mesa de trabajo a la que sólo asistió el PP. Civera no ha querido sentarse con el líder de Compromís, Paco García. Además, en la última comisión, cada partido puso sobre la mesa su proyecto de presupuestos. A cinco días vista del pleno del lunes donde se debatirá y aprobará este documento estratégico, y con el fin de semana de por medio, hoy las posturas de PP y Compromís están muy cercanas. Porque coinciden en que hay que incrementar el capítulo de inversiones y modificar las previsiones de gasto que ha diseñado el PSPV. Los dos partidos liderados por Reme Mazzolari y Paco García, respectivamente, quieren dotar un ambicioso plan de empleo, construir el retén de la policía local y crear una central de compras, entre otras cuestiones.

Sin embargo, en el seno de los grupos municipales de PP y Compromís hay concejales reticentes a votar en conjunto, probablemente por temor a que ello suponga un coste político. Hasta el lunes se adivinan días intensos, con negociaciones a dos, y es posible que con el PSPV y el PP por separado. Ahora bien, el escenario cada vez más cercano es que Compromís y PP, ambos en la oposición, diseñen y aprueben un presupuesto común, por la vía de una enmienda transversal, y que se lo impongan al alcalde socialista, que tendría que aplicarlo.