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Per Sant Macià, tanta nit com dia hi ha

Alos dos meses del solsticio de invierno, el día solar comienza a alargarse. En el mundo rural es una buena noticia, porque hay más luz para trabajar el campo. «Per Sant Macià, tanta nit com dia hi ha», dice el refrán popular. A partir de ya serán 11 las horas de sol, la oscuridad entra en retroceso. Por eso, también se dice que «Sant Maties de febrer va a favor de l'amo i contra el jornaler».

La enésima reforma del santoral ha enviado a San Matías al 14 de mayo, pero en Rótova siguen erre con erre con sus tradiciones y lo celebran «com tota la vida», en febrero, este año del 24 al 28. No quieren que pierdan su vigencia los sabios refranes del santo: «Per Sant Macià, l'oronella ve i el tord se'n va», partida del invierno y regreso de la primavera.

A un kilómetro de Rótova se yergue impresionante y majestuoso el Monasterio de San Jerónimo de Cotalba, conjunto que abarca los estilos mudéjar, gótico valenciano, renacimiento, barroco y neoclásico. Su construcción comenzó en 1338 sobre unos campos comprados a labradores árabes, con el fin de trasladar allí a los frailes Jerónimos de Xàbea, constantemente amenazados por los desembarcos, que sembraban el pánico en el litoral. Huella de aquellas acciones saqueadoras las encontramos hoy aún en la tipología de las casas del bello pueblo marinero con las rejas abombadas de sus ventanas hechas así para mejor defenderse de los atacantes.

La familia Borja, Ausias March y Joanot Martorell mantuvieron estrecha relación con el cenobio, por entonces centro espiritual y cultural del Ducado de Gandía. El 6 de agosto de 1835, con la Desamortización, los frailes Jerónimos fueron obligados a salir y abandonar el monasterio, que fue saqueado y vendido a la burguesía por el Estado que se incautó de sus propiedades. La familia Trénor de Valencia lo compró en 1843 y aún lo posee. En la actualidad puede ser visitado por el público.

El retablo mayor de la iglesia del convento hecho por fray Nicolás Borrás fue a parar a la iglesia parroquial de Rótova, así como la imagen de la Virgen de la Salud -de gran veneración en la comarca desde la epidemia de 1752- que lo presidía, la cual es hoy Patrona de la población. La imagen originariamente fue llevada desde Onil al convento por un fraile nacido allí.

El pueblo de Rótova heredó, consecuencia de esta debacle religiosa-cultural de los frailes Jerónimos, la feria agrícola, ganadera y el porrat que todos los años se hacía el día de sant Macià en las campas del Monasterio, la cual tras la marcha forzada de los frailes, se trasladó a las calles y plazas del pueblo.

Cuentan los cronistas que lo han historiado que el 24 de febrero de 1586, día de Sant Macià, el rey Felipe III -no Felipe V, como se lee en la web municipal- en un viaje que hizo por estas tierras, presenció y disfrutó de esta feria, al alojarse con su séquito en el monasterio, sorprendido por una fuerte tormenta en tránsito por estas tierras.

Hoy el porrat de Rótova es toda una Feria Agroalimentaria y de Turismo, para algo su alcalde, Toni García Serra, es especialista en Turismo, heredero de una de las dos posadas históricas que tuvo siempre el pueblo, lugar de paso recostado a la orilla del camino que sube de Gandía a Albaida. Él con su buen hacer ha transformado una celebración histórica en populares fiestas que llenan todas las horas del último fin de semana de febrero.

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