Un hotel con encanto en la misma villa que ocupó Antonio Machado; una residencia para personas mayores en un inmueble con metros y metros de jardín; o un edificio con habitaciones para estudiantes situado a un paso del campus de Godella o de Moncada. Son solo algunas de las posibilidades que se abren con la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Rocafort, que data de 1990, y que ya tiene aprobado su impacto ambiental.

El consistorio que dirige Amparo Sampedro ha iniciado los trámites para aprobar una modificación de su PGOU para cambiar de uso residencial a residencial colectivo las viviendas y edificios de determinadas zonas del caso histórico y de las áreas encuadradas en ciudad jardín. Con la permuta se eliminan las restricciones que pesan sobre los inmuebles que podrían albergar actividades de negocio como hoteles o residencias que, además de generar empleo y riqueza, permitirían su conservación. Muchas de estas construcciones de gran valor arquitectónico son grandes villas unifamiliares edificadas en el siglo XIX para el veraneo de la alta burguesía de la época pero que actualmente son muy grandes para una sola familia, además de tener un alto coste de compra y mantenimiento. Entre estas viviendas se encuentra Villa Amparo, un gran chalet en el que se refugió el poeta español Antonio Machado entre noviembre de 1936 y marzo de 1938, en plena Guerra Civil.

El objetivo del ayuntamiento es la conservación de su patrimonio histórico, que en algunos casos está expuesto a un alto nivel de degradación. «Hay construcciones impresionantes que le dan un alto valor a Rocafort pero si por falta de mantenimiento o de uso se están deteriorando, de qué nos vale ese conjunto histórico», se pregunta la alcaldesa. En este sentido, el equipo de gobierno ha detectado en los últimos meses cómo en alguna de las zonas de tipología unifamiliar pero con un amplio terreno se ha derribado la única vivienda para segregar el suelo en varias parcelas para obtener varias viviendas.

Ante esta situación, el interés mostrado por empresas y particulares de instalar negocios de alojamiento en viviendas emblemáticas movió al consistorio a promover la modificación del PGOU hace más de un año. A su juicio, la tipología residencial de esas construcciones del siglo XIX encajaría para residencias de mayores, hoteles con encanto o alojamientos de estudiantes.