El Ayuntamiento de Paiporta ha aprobado con el apoyo de todos los grupos un reglamento para regular la manera de actuar ante los regalos que reciben la alcaldesa, los concejales e, incluso, los funcionarios y empleados municipales. El principal objetivo es conseguir la mayor transparencia en la gestión y mostrar que la labor que desempeñan «tiene como único y exclusivo fin servir a la ciudadanía de una manera absolutamente desinteresada».
Hasta la fecha, el consistorio paiportino no tenía un documento que determinara qué hacer con esos obsequios y para muestra un botón. En las pasadas navidades, un empresario pretendía regalar un décimo de lotería a la alcaldesa, Isabel Martín. El equipo de gobierno decidió depositar el boleto en la caja de tesorería municipal, circunstancia que no se había producido con anterioridad, ya que el hombre aseguró que siempre regaló el décimo al alcalde y nadie había puesto reparos. En cambio, a partir de ahora los integrantes del ayuntamiento tendrán que actuar «conforme a las normas éticas más elevadas», indice el texto.
El reglamento establece dos tipos de regalos, los institucionales y los de carácter personal. Vaya por delante que el documento determina que ni alcaldesa, regidores, personal de confianza o eventual y funcionarios «aceptarán regalos que superen los usos sociales o de cortesía, ni aceptarán favores o servicios en condiciones ventajosas que puedan condicionar el desarrollo de sus funciones». En este sentido, el texto cuenta con el respaldo de los sindicatos al afectar a trabajadores.
En cuanto a los regalos institucionales, ya sean de un medio público o privado recibidos por el ejercicio de su cargo o que provengan de autoridades anfitrionas o de administraciones, se entregarán al ayuntamiento, que a través de la Junta de Gobierno, decidirá un destino adecuado por sus características. Si el obsequio es de carácter institucional pasará a formar parte del Patrimonio Municipal. Lo que deja claro es que queda prohibido la aceptación privativa o personal de este tipo de presentes.
En el apartado de obsequios personales, el reglamento sí permite que sean aceptados si no tiernen un valor superior a 15 euros, es decir, «cuando no superen los usos sociales y de cortesía siempre que sean de escaso valor» y provengan de «Administraciones Públicas, organizaciones no gubernamentales sin ánimo de lucro y similares, o personas físicas o jurídicas». En el caso de que superen esa cifra, será la Junta de Gobierno la que designe a qué entidad donar el presente.
