La bronca entre el equipo de gobierno y el PP más Ciudadanos por la corrupción, unida a los gritos y reproches del público, obligó a la alcaldesa de Moncada, Amparo Orts, a suspender el pleno municipal celebrado la noche del jueves.

El primer punto del día desató la fricción. En la sesión debía tomar posesión de su acta como concejal popular Miguel Benítez, en sustitución del exalcalde Juan José Medina, que dimitió tras ser detenido en la operación Taula. El edil de Acord Ciutadà, Vicent Conejero, solicitó que Benítez no fuera nombrado regidor al formar parte de la querella que el fiscal ha remitido al juez por el caso de la empresa Pemsa y que Dolores Pérez, Miguel Gallego (PP) y Jesús Gimeno (C´s pero exPP) dimitieran al pertenecer al equipo de gobierno popular contra el que se ha querellado el fiscal acusándolo de estafa. El ministerio público apunta que el ejecutivo que presidía Medina permitió con su voto que la firma pública hipotecase unas parcelas que ya había vendido. Conejero alertó de que el pleno «no es un cortijo» y «aquí no caben sillas de imputados» para sentenciar que las «supuestas mangarrufas de ediles del PP y C´s nos cuestan mucho dinero». La respuesta del PP no se hizo esperar. Gallego aseguró que sólo «tenemos el documento que nos ha remitido la alcaldesa» y que «no estamos encausados en nada».

La traca final llegó con una nueva intervención del popular Gallego. «La querella sólo ha sido remitida al juzgado. Esperen a ver qué pasa. No tengan prisa. Pero es muy fácil acusar y difamar, y recuerdo que fue el PSOE el primer gobierno condenado por corrupción...». «¿Qué va a hacer una intervención tipo Pablo Iglesias en el Congreso? ¿Va a hablar de la cal?», le interrumpió enfadada la alcaldesa. «Déjeme acabar, demócrata de bolsillo», sentenció el popular. «De bolsillo nada. No le dejo terminar porque no puede hacer alusión a ese tipo de políticas ocurridas hace muchos años. Estamos en 2016», advirtió Orts. A la bronca se sumaron los gritos del público. Entonces la alcaldesa suspendió el pleno. «Esto es una vergüenza», sentenció.