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Quart de Poblet

Plantados en el peor momento

La familia de una anciana de Quart de Poblet tiene que esperar durante casi una hora a que aparezca un sacerdote para celebrar el funeral de la mujer - La comitiva se encontró con la iglesia de la Llum cerrada y el teléfono del cura apagado

Plantados en el peor momento

Eran las 11.55 horas de ayer martes, llovía mansamente pero con insistencia, y la indignación de Josefa Sánchez y sus seis hermanos era aún mayor que su tristeza. Su madre, Carmen, una anciana de 85 años vecina de Quart de Poblet, murió el pasado domingo, y dos días después, cuando las campanas de la ermita de Sant Onofre estaban a punto de anunciar el mediodía, allí estaba la difunta dentro de su féretro esperando desde hace casi una hora a que un cura oficiara el funeral. «Esto me parece vergonzoso „señalaba Josefa, que se negó a participar en la misa cuando por fin apareció el cura„. Creo que esto no le ha pasado nunca a nadie».

Tal como explicaba ayer la familia de Carmen a Levante-EMV cuando ya llevaban media hora de espera ante las puertas del templo, el funeral por la anciana tendría que haberse celebrado a las once de la mañana de ayer, justo después de otro entierro establecido para las 10.30 horas. Pero cuando el coche y la comitiva fúnebre llegaron al templo parroquial de la Mare de Déu de la Llum, se encontró con el edificio «completamente cerrado y sin cura que nos esperara», subrayaba ayer Josefa.

Lo más extraño de todo es que la hija de la difunta asegura que antes de llegar la familia más cercana, otros conocidos de la mujer que habían llegado unos minutos antes vieron cómo el sacerdote cerraba la iglesia pese a tener prevista la ceremonia. «Le han dicho al cura que por qué cerraba si ellos iban a un entierro que se iba a celebrar allí. Dicen que el hombre no les ha hecho caso y se ha ido», explicaba ayer Josefa.

Así pues, con las puertas cerradas y el féretro dentro del coche fúnebre, entre los hijos, sobrinos, nietos y conocidos de la difunta esperando bajo la lluvia empezó a cundir la desesperación y el cabreo, y más cuando el encargado de la funeraria intenta contactar por teléfono con el párroco y la parroquia. Al teléfono fijo no contesta nadie, y el móvil del cura está apagado. «Luego dicen que la gente tiene mal concepto de la Iglesia», asevera Josefa en declaraciones a Levante-EMV.

Por fin, cuando están a punto de dar las doce, casi una hora después de lo acordado, aparece un sacerdote que „sin dar más explicaciones, según asegura la familia„, abre el templo e indica que está a punto de comenzar la ceremonia. «No sabemos si es el párroco u otro que ha venido en su lugar, pero es una vergüenza „repetía ayer Josefa„. La misa no ha durado ni cinco minutos y se ha vuelto a ir sin decirnos nada ni darnos explicaciones. Y encima hemos tenido que pagar 80 euros por el funeral. Pero esta tarde voy a que me los devuelvan...»

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