El concejal de Educación, Infancia, Juventud y Participación Ciudadana de Rocafort, Eduard Comeig, presentó ayer su dimisión ante el «poco interés, compromiso y apoyo» del PSOE, socio de Gobierno junto con Guanyem. Así lo explicó el regidor a este diario, que advirtió que la renuncia «no tiene vuelta atrás» y «no es un paso hacia la oposición para colaborar en una hipotética moción de censura» contra la alcaldesa Amparo Sampedro.

En el escrito presentado por el edil, alude al «funcionamiento deficiente» del equipo de gobierno «que no ha permitido un intercambio fluido de información, ni la cooperación fructífera entre las diversas áreas ni entre los grupos políticos que la forman, ni tampoco ha favorecido compartir recursos para impulsar objetivos comunes, ni ha facilitado la autonomía para avanzar en el trabajo municipal en las diversas áreas».

Pero el desencadenante, además de todo lo anterior, fue la «desautorización» que sufrió Comeig en el último pleno municipal. El regidor de Educación planteó subir el salario a las siete maestras de la Escoleta municipal. Ante las restricciones de la Ley de Administración Local el concejal propuso que se remunerará a las profesionales con dinero de la Bolsa de Productividad «como se hace con otros empleados», detalló. Pero según explica, la «alcaldesa dio la palabra a la regidora de Personal que argumentó que las docentes se lo merecían como un conserje y otros trabajadores».

El gobierno de Rocafort de Sampedro ya gobernaba en minoría con cuatro concejales socialistas y uno de Compromís y Guanyem, por los siete de la oposición que forman PP (4), Ciudadanos (2) e Independientes por Rocafort (1). En el pleno del pasado viernes los tres grupos opositores presentaron una moción de reprobación a la alcaldesa que no fue aceptada por el vicesecretario. El veto encendió a los ediles que llegaron a anunciar que la munícipe «está pidiendo a gritos una moción de censura».