Una de las principales víctimas del diseño del patio de butacas de la Casa de Cultura de Foios, que impide una correcta visión del escenario desde la mitad de los asientos, es el Escènia, uno de los festivales de teatro amateur más importantes de los que se celebran en la Comunitat Valenciana. Según explica el alcalde, Sergi Ruiz (Compromís), en la mayor parte de las actuaciones que tienen lugar durante la muestra teatral, muchas entradas se quedan sin vender porque los interesados saben que, si les toca en las filas más altas, no podrán disfrutar de la representación.
«Cuando van a la taquilla y les dicen que sólo quedan las de la mitad superior, muchos prefieren no comprarlas porque saben que no van a poder ver bien», explicaba ayer el alcalde. «Sólo se llena cuando actúa la asociación local de teatro (que tiene 80 alumnos) porque los familiares y amigos no quieren perdérselo aunque sea viéndolo mal», añadía Ruiz. Las consecuencias económicas son evidentes, pero también el problema que supone un patio de butacas a medias para el prestigio de un festival como el Escènia. «Foios necesita un espacio mucho mejor que este, pero ahora mismo el ayuntamiento no puede acometer un proyecto de esta envergadura», señaló ayer el regidor de Compromís.
Tal como publicó ayer Levante-EMV, en el año 2009 el ayuntamiento decidió rehabilitar la Casa de la Cultura, que antiguamente había sido un colegio público. Para ello, gastó cerca de 600.000 euros del Fondo Estatal de Inversión (conocido como Plan Zapatero) en su mayoría para mejorar el teatro, unificando la platea y el anfiteatro. El problema es que la inclinación de las filas 10 a la 17 (84 asientos) es menor que la que tienen las filas de la 1 a la 9 (otros 84 asientos), por lo que desde la mitad de las sillas la visión en condiciones del escenario es incompleta y, en las últimas, situadas a casi cinco metros de altura, directamente imposible.
