El gobierno municipal de Puçol ha acusado a un grupo de agentes de la Policía Local de estar realizando una «huelga a la japonesa» encubierta, aumentando el número de multas impuestas a los vecinos, por su desacuerdo con el cuadrante de horarios que ha aprobado el consistorio. Según explicaba ayer el alcalde, Enric Esteve, hay agentes que en los dos últimos meses han multiplicado «por dos, por tres, por cuatro y hasta por diez» el número de multas interpuestas.

Las declaraciones de Esteve se produjeron ayer en respuesta a un comunicado de CC OO „uno de los tres sindicatos de la Policía Local de Puçol, junto a UGT y Spplb„ en el que la organización denunciaba que «una especie de tribunal político de la inquisición formado por el alcalde (Compromís), concejala de personal (PSOE) y concejal de movilidad (EU) están llamando e interrogando de uno en uno a policías locales con la finalidad de disuadirles en sus funciones de imponer sanciones de tráfico». También denunciaba CC OO que los ediles han «invitado» a varios de estos policías a que dejen el consistorio y vayan a otro municipio en comisión de servicios, por lo que el sindicato pide «que cesen esas presiones intolerables, que estamos convencidos de que son posiciones personales y creemos que en absoluto están respaldadas por sus diferentes partidos».

Por la tarde, el gobierno local hizo público un comunicado en el que explica que el origen del conflicto está en la propuesta del cambio de horario de la plantilla policial: «La Policía Local a lo largo de 2014 trabajaba 8 días y descansaba 6 (8x6). Para el año 2015, el gobierno del PP pactó realizar un horario de trabajar 7 días y descansar otros 7 (7x7). Para 2016, el actual gobierno (PSOE, Compromís y EU) aprobó realizar un horario de 8x6, dado que «con él trabajan menos horas al día pero realizan de diez a quince jornadas más al año, resultando un calendario mucho más equilibrado». Pero dos de los sindicatos se negaron a aprobar el acta «alegando que por parte de ellos no habían aprobado ningún calendario», asegura el consistorio, y realizando «una huelga a la japonesa con un incremento desmesurado de denuncias con la intención de echarnos encima a la ciudadanía».

Tras comprobar que diez agentes «habían puesto tantas denuncias que algunos triplicaban la media, otros la habían cuadruplicado o multiplicado por seis, y uno de los agentes la había multiplicado por diez, el alcalde y los portavoces de PSOE y EU llamaron «uno por uno a estos diez agentes para conocer de primera mano sus razones y hemos de decir que ninguno de ellos nos hizo cambiar nuestra opinión».