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Guerra de las cacas: ADN, multas de hasta 15.000 euros y broncas a propietarios

Análisis genéticos de las heces de los perros, campañas que abroncan al dueño del can, multas de hasta 15.000 euros y patrullas caninas constituyen las principales armas de las ciudades españolas para plantear batalla a las cacas.

La última iniciativa ha partido de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que anunció hace unos días una enorme campaña de multas para quienes no recojan los excrementos de sus perros, unas sanciones que podrán sustituirse por trabajar en la limpieza de las calles de Madrid los fines de semana.

Entre las multas más elevadas se encuentran las de Las Palmas de Gran Canaria, donde las sanciones graves oscilan entre 150 y 1.500 euros, y las muy graves entre 1.500 y 15.000 euros, según la ordenanza de tenencia de animales. El incumplimiento se considera una infracción grave, que se convierte en muy grave si la persona reincide en seis meses. Además, aparte de recoger los excrementos, en la capital canaria hay que llevar un liquido para aclarar la orina del perro.

Más visual es la iniciativa que puso en marcha hace un año la localidad vizcaína de Ermua, que decidió identificar con banderines rojos las deposiciones de perros en las calles. En una semana colocó banderines en 347 cacas.

En Murcia, el consistorio ha puesto en marcha una campaña de concienciación que, bajo el lema «No seas marrano», quiere evitar la proliferación de pintadas y recordar a los dueños de los canes que deben recoger los excrementos.

En Zaragoza, los vecinos que vean heces en las calles podrán recoger una muestra y llevarla a un laboratorio para su análisis y el ayuntamiento pueda proceder a multar al propietario.

En Valencia se contempla la obligación de que los perros hagan sus deposiciones en lugares habilitados y, de no existir, en la vía pública, pero con la obligación del propietario de recoger y retirar las heces e incluso limpiar la parte de la vía púbica ensuciada. En caso de incumplimiento, se impone una sanción leve de entre 150 y 300 euros, pero desde el Ayuntamiento prefieren la concienciación al castigo y por eso preparan una campaña, aún sin fecha, para sensibilizar a los amantes de las mascotas para que contribuyan a mantener limpia la ciudad.

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