El alcalde de Aielo de Malferit, José Luis Juan Pinter, requirió la intervención de la Policía Local durante el transcurso del último pleno „celebrado el jueves„ para expulsar de la sala al portavoz del PSPV, Juan Rafael Espí, tras protagonizar ambos una acalorada discusión motivada por los casos de corrupción que azotan al PP en la Comunitat Valenciana.
Espí defendió una moción basada en un acuerdo adoptado por Las Corts que instaba al ayuntamiento a manifestar su repulsa hacia «todos los políticos de la C. Valenciana que han resultado o puedan resultar condenados por sentencia judicial firme por delitos contra la Hacienda Pública, la Seguridad Social y la Administración Pública», al tiempo que emplazaba a retirar todas la placas inaugurales o conmemorativas de la población manchadas con el nombre de los corruptos.
La propuesta hacía mención expresa a dos placas instaladas en sendos parques del municipio con la inscripción del exconseller Rafael Blasco, encarcelado por el fraude millonario del caso Cooperación. Esta circunstancia condujo al alcalde a tachar la moción de «partidista» porque se ceñía a condenar la corrupción en la C. Valenciana y no «en todo el mundo». Pinter contraatacó con la defensa de una propuesta según éste «más neutral», remitida por la Federación de Municipios y Provincias y consensuada por todos los partidos para condenar la corrupción en todo el ámbito estatal.
El regidor del PSPV pidió un receso para estudiar conjuntamente una vía dialogada y solicitó la asistencia jurídica de la secretaría con tal de guiar el proceso. Ni una cosa ni la otra fueron admitidas por Pinter, que acusó a los socialistas de presentar una moción que va «contra el PP» porque «solo habla de Blasco y de la C. Valenciana». «¿Es que no hay más corrupción en España?», apostilló a continuación el dirigente.
Espí reprochó a Pinter sus intentos por «marear el tema» y poner «excusas de mal pagador» para evitar pronunciarse contra Blasco y la corrupción en el PP. El tono de tensión entre el munícipe y el portavoz de la oposición iba aumentando hasta que desencadenó en la expulsión de Espí del pleno. Todos los concejales del grupo socialista se marcharon tras éste como muestra de repulsa por la decisión del alcalde.
