El corazón de José Puig Miret, el Padre Puig, jesuita de Gandia que dedicó sus últimos años a pedir ayuda para los más desfavorecidos a través de su acción, sobre todo, en el comedor social que gestiona en la calle Algepseria Buñuelos Sin Fronteras, ha dejado de latir.

Puig falleció la mañana de ayer a los 92 años de edad en la residencia de la Compañía de Jesús, situada en el Palau Ducal de la capital de la Safor. Según fuentes próximas al religioso, ayer se levantó temprano, como hacía cada mañana, pero se sintió indispuesto falleciendo unos minutos después.

El padre Puig fue nombrado en 2015 Hijo Predilecto de la ciudad, en un acto que fue respaldado por todos los partidos políticos. En los últimos años se caracterizó por sus acciones solidarias, que fueron desde la ayuda a drogadictos a la labor social en el preventorio infantil del Real de Gandia o en el centro de acogida San Francisco de Asís de Palma de Gandia.

Pero, sobre todo, destacó por su trabajo en el comedor social de Gandia, que dirige la ONG Buñuelos Sin Fronteras y que sirve casi 400 comidas diarias a personas sin recursos. Pidiendo ayuda para mantener abierta esa actividad solidaria ha cumplido los últimos años de su vida. De hecho, el día que fue nombrado Hijo Predilecto, ante decenas de vecinos de Gandia, aseguro que con esta labor estaba «dando utilidad a mi vida». De hecho, hasta el último aliento de su vida ha estado trabajando por el buen funcionamiento de este centro.