Unas excavaciones realizadas en el Castillo de Sagunt han acabado movilizando a expertos en explosivos de la Policía Nacional tras el hallazgo de una bomba de más de 200 años de antigüedad que todavía estaba cargada y cerrada, con posibilidad de contener material en su interior capaz de hacerla estallar.

Especialistas del grupo de desactivación de explosivos Tedax-NRBQ acudieron al lugar el pasado lunes, retiraron el artefacto y ayer aún se desconocía si finalmente había habido algún riesgo de que estuviera activo y si se podrá conservar la pieza. «Es algo que aún está pendiente de valorar por parte del Tedax», dijo un portavoz de la Policía Nacional a preguntas de Levante-EMV.

El descubrimiento se produjo sobre las 12 horas del pasado lunes durante la restauración de un lienzo de muralla que el Ministerio de Cultura está llevando a cabo al oeste de la plaza de San Fernando.

Al ver que el artefacto estaba en perfecto estado, los responsables de las obras comunicaron el hallazgo a responsables de la Guardia Civil, si bien finalmente fue la Policía Nacional la que intervino por tener la competencia en el monumento.

En un hecho sin precedentes recientes, varios agentes acordonaron la zona y avisaron a los especialistas del Tedax, por lo que a los trabajadores se les indicó que desalojaran el lugar y se dio por concluida la jornada laboral, según explicaban ayer a este diario desde la dirección de unas obras que ejecuta la Unión Temproal de Empresas (UTE) formada por Seranco y Wenceslao García. Los expertos en explosivos también valoraron el estado de otros dos proyectiles situados junto a la puerta del antiguo Museo Militar, justo en la entrada del monumento: uno vacío y otro tapado con un tapón de plástico. Aunque llegaron a valorar llevarse también este último, al final decidieron dejarlo en el mismo lugar. De hecho, estos dos últimos presentaban signos claros de haber sido limpiados hace tiempo y estudiosos locales confirmaron luego a este rotativo que los dos llevan décadas en ese lugar, junto a un tercero que hace más de seis años que se cedió al Museo Militar de Valencia.

«Posible retén de munición»

El artefacto apareció rodeado de restos de metralla e incluso de proyectiles de mosquete, como reconocieron desde la dirección de la obra. Por ello, el historiador experto en la Guerra de la Independencia José Luis Arcón consideraba que podría tratarse de «un pequeño retén de munición» de la defensa del castillo en aquella época, «que debía estar situado cerca de un cañón para alimentarlo con rapidez». «Dependiendo del diámetro se podrá saber si se trata de una bomba de mortero o de obús, es decir, si alimentaba a una pieza de artillería pesada o a otra móvil, de campaña y perfectamente apta para ser trasladada de un sitio a otro», decía.

La aparición de una bomba antigua en el Castillo no es excepcional en el monumento pues hay precedentes en el siglo XX. Sin embargo, ninguno se había producido en las últimas décadas, ni tenía indicios de contener aún material explosivo, como en este caso.