Los escolares han expuesto en clase toda la información que han recabado sobre la leucemia pero también han hecho partícipes de sus pesquisas al resto de vecinos del municipio. Los alumnos del colegio han explicado a sus conciudadanos qué es lo que le pasa a Júlia, en qué consiste su dolencia, su tratamiento y su lucha. Aquel día 15 de febrero, el calendario de Sant Joanet cambió, mientras el resto del mundo conmemoraba el día Contra el Cáncer Infantil, ellos prefirieron celebrar el día dels «Xicotets herois».

Desde aquel momento, los alumnos siguieron trabajando, ya no sólo por aprender, tocaba ayudar.

En el colegio se iniciaron una serie de almuerzos solidarios: un día de la semana los estudiantes del centro dejaban en su casa sus bocadillos y comían lo que habían comprado las madres y maestras, dando un pequeño donativo.

Pero hay que reconocer que los niños no han estado solos en esta tarea de recaudar fondos para ayudar a Julia y a los pequeños héroes.

Toda ayuda es bien recibida

Todo Sant Joanet se volcó de lleno con las iniciativas planteadas por los alumnos. Que los niños abren un huerto solidario, los vecinos les compran, gustosamente, las hortalizas. Que toca vender boletos de lotería contra el cáncer, pues todos adquieren las participaciones. Que los alumnos salen con sus huchas, aunque sea sin verduras que recolectar dinero, los habitantes del lugar donan lo que buenamente pueden. Un espíritu de solidaridad que pocos pueblos tienen.

También es cierto que, además, han contado con algo de ayuda externa. Sobre todo con el taller Kimokap, dedicado a la confección de gorros de tela para los niños con cáncer. Gracias a los donativos de la Policía Nacional de Alzira (dos padres de alumnos de Sant Joanet trabajan allí) se pudo comprar la tela y los materiales necesarios para confeccionar estos pañuelos que se han acabado repartiendo por toda España. No obstante, no queda ahí la cosa, ya que el colegio de Benimuslem también ha aportado su granito de arena en esta causa, participando en algunos actos.