Temperaturas de hasta 33 grados han tenido que soportar los alumnos del colegio público CEIP Camp de Túria de Riba-roja dentro de sus aulas en las últimas jornadas del curso escolar que acaba hoy. La ausencia de un sistema de refrigeración en las clases ha provocado elevadas temperaturas en su interior hasta el punto de que en los meses de abril y mayo se llegaron a registrar 32 grados por las mañanas e incluso 33 por las tardes, según explicaron miembros del centro educativo al ayuntamiento.

Además, un estudio que se realizó en los meses de abril y mayo detectó otras deficiencias como la ausencia de zonas de sombra en algunas áreas del colegio como el patio central, donde a las 11 de la mañana se alcanzaron 42 y 43 grados en mayo e incluso 44 sobre las 15 horas.

Según fuentes municipales, la dirección del centro y los padres y las madres de los alumnos llevan años denunciando esta problemática sin que todavía se haya realizado ninguna acción al respecto. Ante esta situación, el equipo de gobierno de Riba-roja de Túria, formado por PSPV, Compromís y Esquerra Unida, ha solicitado a la Conselleria de Educación la instalación de aparatos de aire acondicionado en el interior de las aulas para mitigar las altas temperaturas.

A su vez, el ejecutivo de Riba-roja se ha comprometido a iniciar un proyecto para crear zonas de sombra en el patio central del colegio ya que actualmente no tiene ningún árbol que pueda ayudar a soportar y protegerse del calor preveraniego.

Uno de los centros de Ciegsa

Las instalaciones del CEIP Camp de Túria de Riba-roja fueron inauguradas en 2007 tras diez años en los que los alumnos recibían sus clases en barracones. Las obras supusieron la inversión de 4 millones de euros de la empresa pública Ciegsa, cuyos trabajos a lo largo de la Comunitat Valenciana supusieron más de 1.000 millones de euros en sobrecostes.