Finalmente no prosperó la moción de censura en San Antonio de Benagéber. Tal y como explicó Levante-EMV ayer, la expulsión del PP de las dos edilas que firmaron la moción junto a los cinco concejales de Plataforma-Guanyem SAB-Compromís truncó sus posibilidades de éxito. De hecho, tal y como se esperaba, no llegó a votarse. Enrique Santafosta, de AISAB (Agrupación Independiente de San Antonio de Benagéber), seguirá como alcalde, pero no dudó en lanzar un guiño a la dirección del Partido Popular ante los alrededor de 200 asistentes al pleno: «Quiero felicitar al PP porque no solo han dejado en palabras lo de que quieren regenerarse, sino que lo han demostrado», declaró.

No obstante, la tensión se pudo palpar en los escasos 15 minutos que duró el pleno. El secretario leyó su informe en el que argumentaba que la votación podía incurrir en nulidad de pleno derecho de los acuerdos. Recordó que en virtud de la ley de antitransfuguismo de febrero de 2011, al haber sido expulsadas del PP las edilas firmantes de la moción de censura, Encarna Regalado y María José Rico, ésta necesitaba que estuviera firmada por nueve concejales para seguir adelante, en lugar de los siete que la rubricaron. Para ello incluso citó el caso de Tacoronte, en Canarias, donde el resultado de una moción de censura tuvo que ser anulado en febrero de 2014 por la Justicia en una situación similar.

Tras ello dio paso a la constitución de la Mesa de Edad, formada por el exalcalde y concejal del PP Eugenio Cañizares, el más veterano; y por una de las edilas dadas de baja del PP y que ahora está en el grupo de no adscritos, Encarna Regalado, la más joven.

La incertidumbre llegó a su punto cúspide. Los rumores de la mañana apuntaban a que Cañizares podría hacer caso omiso al secretario y continuar con la censura. Al poco de comenzar su alocución, Santafosta le interrumpió para pedir al secretario que le recordara las consecuencias legales y económicas en que podía incurrir en caso de no detener el proceso. El portavoz de Plataforma-Guanyem SAB-Compromís y candidato a la alcaldía de la moción, Ramón Orozco, reclamó que no constara en acta tal petición. «La gente está muy nerviosa, y yo no. Yo estoy muy tranquilo», irrumpió de nuevo Cañizares, mientras asomaba una ligera sonrisa en su rostro.

Pero no hubo sorpresa. «Una moción de censura, y esta es la primera que hay en San Antonio de Benagéber, es algo que está muy reglado, y sólo se puede hacer de una manera, y no de veinte. Y ésta no tiene los mismos requisitos que cuando se presentó, por lo tanto se levanta la sesión, no puede seguir adelante». Con estas palabras, Cañizares finiquitó diez días de dudas sobre quién iba a sustentar la vara de mando a partir de ahora.

Santafosta, sintiéndose vencedor de este envite, se dirigió al público asistente entre numerosos aplausos: «Quiero agradecer a mis vecinos las múltiples muestras de apoyo que he recibido». Y, tras ello, no dudó en lanzar un claro guiño a la dirección provincial del PP, que expulsó anteayer a las dos edilas que firmaron contra él: «Quiero felicitar al PP. Estuve esta semana en una conferencia del PP sobre regeneración política y tenía mis dudas, pero aquí han tomado decisiones valientes para regenerarse políticamente». Minutos después, el propio Santafosta tendía la mano a todos los grupos políticos, «incluidos los que no tienen representación en el pleno», para que tengan su aportación en las decisiones de su gobierno.