El alcalde de Nàquera Damián Ibáñez ha ordenado retirar el arma a diez agentes de los veintiuno que componen la plantilla de la policía local, que están de baja. Ibáñez es el máximo responsable político del cuerpo de seguridad local. A su vez, el jefe de la policía ha modificado los códigos de la cajas de seguridad que custodian habitualmente los revólveres que utilizan los agentes y que se ubican en un armero común para todos los equipos de autodefensa. Fuentes del equipo de gobierno señalaron que ante la actual situación de bajas en el cuerpo de la policía local de Nàquera, «el ayuntamiento se ha puesto en contacto con la mutua, por un lado, y con la empresa de prevención de riesgos laborales, por otro, para que analicen la situación actual de la plantilla y las posibles medidas a adoptar a este respecto». En esa línea, «como medida de seguridad, la Jefatura ha bloqueado los armeros individuales de los agentes de baja, al desconocer el motivo de la misma; y ha anunciado que, para volver a tener acceso tras su incorporación deberán de demostrar las condiciones psico-físicas necesarias, a través de un certificado médico».

En estos momentos la mitad de los agentes están de baja pero hasta hace pocos días tenían acceso al retén policial, a cualquier hora, y a la caja fuerte donde cada policía guarda su arma. No en vano, cada funcionario tiene su propia pistola, que no se puede compartir ni ceder a otro compañero.

En esta línea, el Decreto 18/1995, del Gobierno Valenciano, regulador de los criterios de utilización del armamento por las policías locales de la Comunitat Valenciana determina en su artículo 11 del Título 1 que: En ningún caso podrán tener ni usar armas los policías cuyas condiciones físicas o psíquicas se lo impidan, en especial aquellas para las que la posesión y uso representen un riesgo propio o ajeno».