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Patrimonio bélico

Una iglesia con funciones de taller mecánico en Chelva

La restauración de un refugio de la Guerra Civil destapa el uso dado por los republicanos al presbiterio

Una iglesia con funciones de taller mecánico en Chelva

El arqueólogo Juan José Ruiz explica que el 25 de noviembre finalizó la excavación y puesta en valor de un refugio de la Guerra Civil en Chelva. Este proyecto fue ejecutado por la Mancomunidad del Alto Turia a través del Plan de Competitividad Turística de Generalitat y Diputación y ha contado con la colaboración del ayuntamiento. El objetivo es «ampliar la propuesta cultural de Chelva, recuperando un monumento patrimonial de una época que hasta la fecha no se ofrecía en la villa». El conflicto bélico se trasladó entre abril y agosto de 1938 a la Sierra de Javalambre y Sierra de Andilla. Chelva se convirtió en Centro de Reclutamiento y de Reorganización de tropas, siendo un enlace, desde la retaguardia, entre el frente y la capital, por la carretera de Ademuz.

Los refugios chelvanos

Al menos se tiene constancia de diez refugios antiaéreos en el pueblo. Unos fueron construidos en la Guerra Civil, mientras otros son anteriores al siglo XVII y se reutilizaban a modo de refugio. En cuanto al búnker antiaéreo de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, fue localizado en el año 2006, durante unas obras en el templo. Entonces se documentó parcialmente, hasta que en el año 2016, se ha excavado en su totalidad y puesto en valor.

Respecto a sus características,«está excavado en la roca tobácea del terreno, a una profundidad de 8 metros, y cuenta con dos accesos, uno en la calle Mª Antonia Clavel y otro en el presbiterio de la Iglesia (que en la guerra funcionó como taller mecánico del ejército)». En total tiene 49 peldaños entre sus dos escaleras. Su longitud es de 42 metros, contando con una galería principal y una secundaria o habitáculo donde se refugiaba la gente, es allí donde se aprecia un candil de la época y un pequeño banco adosado. Por lo que respecta a la altura, «no pasa de los 1,80 metros y su anchura es de 80 centímetros. Durante la intervención arqueológica se localizaron los soportes de la luz, una pequeña hornacina para colocar también algún candil y una bayoneta de Mauser español, así como vainas de bala», finaliza este especialista.

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