Año a año el número de campos abandonados a lo largo de la Comunitat Valenciana es cada vez mayor. Ante ello, el Ayuntamiento de Llíria se ha sumado a la iniciativa que ya siguen otros municipios valencianos, como la Pobla de Vallbona en la misma comarca del Camp de Túria, de crear un banco de tierras para impulsar el alquiler de estos campos y, así, frenar la degradación del paisaje.

Precisamente, el término municipal de Llíria es muy amplio y en su mayor parte está formado por campos de regadío y de secano. En muchos casos, están en situación de abandono. El motivo: sus propietarios no ven rentabilidad suficiente para trabajar las tierras y terminan por dejarlas yermas.

El ayuntamiento edetano ha dado un paso y ha decidido crear este banco de tierras en el que pondrá en contacto a los dueños de los terrenos con aquellas personas que tengan voluntad de cultivarlos, aunque no intervendrá en las negociaciones, según aseguran fuentes municipales.

«Hay mucha gente joven que está en el paro y que estaría dispuesta a cultivar las tierras. Aunque la rentabilidad del cultivo es baja, nuestro objetivo como gobierno local es volver a dinamizar el mundo rural», explica el concejal de Agricultura, Francesc Fombuena.

Además de evitar la degradación del paisaje, entre los objetivos de esta iniciativa también se encuentran reactivar la agricultura y reducir el riesgo sanitario y de incendios que supone tener unos terrenos a la intemperie sin ningún tipo de cuidado.