El alcalde de Chiva por Compromís, Emilio Morales, y el teniente de alcalde Fernando Casanova, de Vinchi (Vecinos Independientes de Chiva), admitieron ayer, en la vista judicial por el supuesto caso por el que ellos dos coaccionaron al edil socialista Salvador Martínez para que dimitiera de su cargo en la corporación local, que viajaron el 2 de junio a la localidad de Carboneras (Almería), donde reside por motivos laborales Martínez. Sin embargo, adujeron que no fueron allí para obligarle a presentar su renuncia, sino para comunicarle cuál era su situación en el consistorio, puesto que tenían una información que le afectaba al concejal socialista y que podía perjudicarle. Además, también reconocieron que llevaban consigo un escrito con la renuncia de Salvador Martínez preparada a la que solo le faltaba la firma.

Según denunció Martínez a la Guardia Civil de La Garrucha (Almería), el día 2 de junio Morales y Casanova se presentaron en Carboneras, a 435 kilómetros de Chiva, y le abordaron en una cafetería. Según declaró Martínez entonces, allí le dijeron que tenían una grabación de él en una dependencia municipal con contenido delicado y que si no dejaba su acta municipal la difundirían a la prensa. Ante ello, Martínez presentó por burofax su dimisión de su cargo.

Horas después, el edil socialista se lo pensó dos veces y acudió a Correos de nuevo para enviar un nuevo burofax en el que solicitaba que se revocara su renuncia como edil. Justo antes, se personó en las dependencias del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de La Garrucha para denunciar unos hechos que ahora se encuentran en los juzgados.