El Pi de la Bassa, el árbol más emblemático de Serra que no superó la plaga de tomicus ni el último temporal que golpeó a la Comunitat Valenciana, dará un último servicio a la Serra Calderona y el municipio de Serra. El ayuntamiento de esta localidad reclamó a la Conselleria de Medio Ambiente la conservación de su tronco, algo para lo que ya cuentan con el visto bueno de la administración autonómica, según fuentes municipales. Los restos del ejemplar servirán para un proyecto de investigación y se mostrarán en el museo etnológico de Serra.

Este símbolo de la Serra Calderona, que hasta hace poco más de una semana presidía la subida al Monasterio de Porta Coeli con sus más de cinco metros de diámetro y 18 de altura, vivió un auténtico viacrucis durante 2016. Una plaga de tomicus, agravada por la sequía que azotó la región, dejó al árbol en estado crítico. La conselleria trató de recuperarlo con una serie de tratamientos de endoterapia, pero no funcionaron. En octubre se dio por perdido.

El secretario autonómico, Julià Álvaro, no dudó entonces en culpar de la muerte del árbol a la gestión del PP cuando gobernaba la Comunitat Valenciana por la ausencia de brigadas de plagas entre finales de 2014 y principios de 2015. Otros sectores ecologistas se muestran más críticos con los actuales responsables de Medio Ambiente y les acusan de «falta de prevención y escasa eficiencia».

El último golpe al Pi de la Bassa se lo dio el temporal de nieve de la semana pasada, que acabó por tumbarlo. Tras ello, el Ayuntamiento de Serra se ha apresurado en acelerar los trámites con la Direcció General del Medi Natural para iniciar la retirada de los restos del árbol y evitar su expolio y degradación. El siguiente paso es conservar el tronco para un proyecto de investigación. Para ello, según anunció el alcalde, Javier Arnal, el consistorio solicitará ayudas a la Generalitat, la Diputación de Valencia y las universidades.

Estos trabajos permitirán conocer el registro climático de la zona durante los casi 200 años que se estima que ha resistido el pino carrasco con vida. Además, los técnicos ahora también podrán determinar cuál era su edad exacta.

Mientras el Pi de la Bassa da su último servicio a Serra, Medio Ambiente tiene previsto plantar en su lugar un árbol de otra especie y colocar una placa que lo homenajee.