Ya ha pasado más de una semana desde que el temporal de nieve dejara el interior de la Comunitat Valenciana y en el municipio de Benagéber apenas empieza a notarse la mejoría. El viento y la nieve derribaron decenas de pinos en el término municipal, y el ayuntamiento de esta localidad, que apenas cuenta con 200 habitantes empadronados, se encuentra desbordado.

Entre los caminos que todavía permanecen impracticables se encuentra el que lleva a la reserva de Valdeserrillas. Esto ha provocado que el director de la reserva, Carlos Álamo, haya tenido que emplear una piragua a través del embalse de Benagéber para transportar la comida de los animales (bisontes, búfalos, caballos y burros, entre otros), ya que el alimento que había almacenado en el recinto se había terminado, en una situación que ayer consideraba como «desastrosa».

Esta circunstancia acentúa las dificultades por las que pasa esta reserva, en la que el pasado mes de septiembre aparecieron dos de sus bisontes decapitados. Tras ello, la Fiscalía de Medio Ambiente inició una investigación contra el propio Álamo por un presunto delito de maltrato animal, al considerar que los ejemplares murieron por inanición y falta de cuidados. El director de la reserva aseguró que presentó las pruebas oportunas a la Fiscalía y la Guardia Civil para demostrar que los animales estaban bien cuidados.