El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga (PSOE), va a reasignar los despachos de los grupos municipales tras el escándalo provocado en el consistorio por el intento de grabación del portavoz de Riba-roja Pot Rubén Ferrer, al regidor de EU, Rafael Gómez y al concejal de Ciudadanos, Paco Caparrós. Raga explicó a Levante-EMV que Ciudadanos «teme que pueda sufrir nuevas grabaciones y ha exigido que se haga una reasignación de los despachos municipales» pero con paredes de ladrillo y no de madera.

El lunes se celebró un pleno extraordinario en el que se constituyó una comisión de investigación en la que se depurarán responsabilidades administrativas, penales o políticas de Ferrer. Además, en esa sesión plenaria Rubén Ferrer negó la mayor y dijo esta vez que no había grabado ni intentado grabar a Caparrós y Gómez. Sin embargo, en ningún momento ha desmentido sus declaraciones a este diario en las que afirmó que intentó grabar al concejal de EU para dejarlo en evidencia por una disputa política.

Por su parte, EU ha roto relaciones oficialmente con Podemos y el equipo de gobierno formado por PSOE, Compromís y EU ha considerado las presuntas escuchas como «un hecho muy grave». PSPV, Ciudadanos y Compromís han pedido la dimisión de Ferrer, que se resiste a asumir ninguna responsabilidad política. Por ende, Paco Caparrós (Cs) ha denunciado los hechos en el juzgado de Llíria para que se investigue si Ferrer ha cometido algún delito.