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El vertedero de Olocau espera desde hace 15 años un plan de descontaminación

La conselleria reconoce al Síndic de Greuges que la Diputación de València tiene pendiente presentar el proyecto corrector

El vertedero de Olocau espera desde hace 15 años un plan de descontaminación

El vertedero de Olocau, que ocupa la antigua cantera de María Rosa y que actualmente está gestionado por la empresa Girsa -empresa mixta coparticipada por la Diputación de València-, todavía está esperando un programa de descontaminación desde que se cerró y selló en 2002. Así se desprende de la respuesta dada por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural al Síndic de Greuges tras una queja presentada por un particular.

Según señala el Síndic en su escrito, ante las peticiones de documentación e información de este vecino de Olocau, que está en litigio con Girsa por la ocupación de unos terrenos de su propiedad precisamente en ese vertedero, la conselleria respondió que «está pendiente por parte de Girsa presentar un proyecto corrector que incluya soluciones técnicas para eliminar y controlar las emisiones actuales de COVs». Estos «COVs» son compuestos orgánicos volátiles que se convierten fácilmente en vapores o gases y que son los causantes de tanto en tanto de emanaciones de humo y explosiones en el recinto que ocupa el vertedero y que en más de una ocasión han provocado la alarma entre los vecinos de la zona.

La toxicidad de estos gases y vapores ya fue avalada por un informe toxicológico del aire de la zona en 2005 efectuado por el Departamento de Química de la Guardia Civil, en el que se detectaron varios tipos de gases tóxicos en dicha área que según las conclusiones de la Benemérita «a altas concentraciones pueden provocar irritaciones en los ojos y la piel» y «también pueden afectar al sistema respiratorio y al sistema nervioso central». Otro informe del Instituto de Medicina Legal de 2007 obligó entonces a la diputación a reconocer que allí se habían producido «vertidos ilegales» ya que el centro no poseía las condiciones técnicas ni legales necesarias para albergar residuos industriales, restos de poda, material inflamable, residuos urbanos o lodos.

Este vertedero inició su funcionamiento a partir de 1994, año en el que se inició la primera fase de la restauración de la pedrera María Rosa mediante residuos por parte de Girsa. Hasta hoy en día se ha convertido en una fuente de conflictos constante entre la empresa mixta y los vecinos, que entre otras cosas se quejan de los continuos malos olores y combustiones procedentes de su recinto.

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