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Historias de la línea València-Cuenca-Madrid (III)

Casi 4 euros por 7 kilómetros en tren

Un viaje de Chiva a Cheste en la C-3 cuesta 0,50 euros/km, mientras que en la misma línea hasta València sale por 0,09

Una usuaria compra un billete. perales iborra

Entre Chiva y Cheste hay apenas 3 kilómetros y medio de distancia. Un deportista de nivel medio podría cubrir el trayecto corriendo en apenas unos 15 minutos. Uno experimentado podría reducirlo hasta los 10. Y eso, sin ningún coste económico. Sin embargo, los vecinos que necesitan cubrir esta distancia por motivos laborales, como es el caso de Gabriel (56 años), tienen que gastarse 3, 60 euros por 7 kilómetros que suponen el trayecto de ida y vuelta entre estos dos municipios de La Hoya. En esta misma línea de Cercanías, la C-3, de Chiva a València, que son 30 kilómetros (60 ida y vuelta), ir y retornar cuesta 5,30 euros. Es decir, de Chiva a Cheste sale a 0,50 euros por kilómetro, de Chiva a València a 0,09.

«Es un abuso para el servicio que se da», denuncia el propio Gabriel a las puertas de la estación de Chiva para volver a su casa a Cheste tras su jornada laboral, un viaje que realiza a diario. «Esta línea está maltratada desde antes de entrar al vagón del tren. Aquí todavía te puedes sentar para esperar el tren, en Cheste no hay ni siquiera un banco. Sin embargo tienes que pagar lo que te piden», critica.

Las quejas sobre el servicio de Gabriel van más lejos todavía: desde el horario de las taquillas hasta la limpieza en el propio vagón. «La taquilla de normal está abierta hasta las 10.30. A partir de ahí tienes que usar la máquina, y a veces como no tengas un billete de 10 euros puede que tengas que arriesgarte y subir sin billete», explica justo antes de recordar una de sus últimas experiencias dentro de este ferrocarril: «Subía de València a aquí y tuve que limpiar el asiento, porque la esponja estaba tan deteriorada que se caía». Según ha reconocido Renfe, la flota de trenes que cubre la C-3 es antigua e incluso no está adaptada para personas con movilidad reducida. Aunque la compañía estatal ferroviaria ya ha anunciado el proyecto para adaptar la estación de Chiva a personas con discapacidad, estas mejoras no serán completamente funcionales hasta que no se renueven los ferrocarriles de la línea .

Laura tiene 19 años, vive en Chiva y estudia un Grado Superior de Integración Social en València. Coincide con Gabriel en su opinión sobre el servicio de esta línea: «Es muy caro. Tarda una hora hasta llegar a València». No obstante, asegura que el mayor problema está en la frecuencia de paso hacia el interior. «Hacia València sí que pasan bastantes pero hacia el otro lado hay muy pocos que lleguen a Requena. Por ejemplo, uno sale a las 12 y el siguiente no lo hace hasta las 15.30», relata.

Un trayecto similar tiene que asumir cada día Joan, de 16 años, que estudia en Quart un Grado Medio de Informática. «El tren pierde mucho tiempo en cada parada que hace. A veces se queda esperando hasta que llegue otro».

Y en cuanto a horarios, Gabriel realiza un inciso en la puntualidad. «Los horarios programados suelen fallar. Hace unos años eran puntuales, pero hoy en día llegan cuando les viene bien», denuncia.

Circunstancias todas estas a las que se enfrentan sobre todo trabajadores y estudiantes de estas comarcas del interior, que son los principales usuarios de esta línea C-3 o regional València-Cuenca-Madrid, y que contrastan con las que tiene el AVE de Madrid a València, mucho más rápido, seguro, con mayor frecuencia y servicios. Por cierto, un billete de ida y vuelta de AVE entre València y Madrid sale a 117 euros, que dividido entre los 700 kilómetros que suponen todo el trayecto se queda a un precio de 0,17 euros el kilómetro. Ostensiblemente más barato que los 0,50 por kilómetro que cuesta de Chiva a Cheste.

Mejoras para evitar despoblación

Esta diferencia de servicios, además de la que se produce en cuanto a inversiones, entre el AVE y la línea de Cercanías C-3 escuece en el ayuntamiento chivano, donde recientemente su alcalde, Emilio Morales, recordaba que esta es una situación que favorece al despoblamiento de la zona: «Si se electrificara y modernizara la línea de cercanías se daría un impulso al desarrollo y la economía de los municipios, porque unas infraestructuras del siglo XXI son un elemento esencial para que la gente no se plantee el irse a vivir fuera de Chiva y otros municipios», argumentaba Morales.

A esta electrificación de la línea desde València hasta Buñol, y al desdoblamiento de la línea, ya se comprometió el Ministerio de Fomento en 2010, pero de momento se ha quedado todo en una promesa en el tintero. Para que se cumpla, el alcalde de Compromís no dudaba en reclamar «el apoyo de la Generalitat» porque «su capacidad de presión ante Fomento es mayor que la de cualquiera de los ayuntamientos». «Para las 170.000 personas de los municipios por los que pasa esta línea es tan importante o más que cualquier otra infraestructura», sentenciaba Morales.

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