Durante la primera mitad del siglo XX se planteó que Utiel iba a ser en el futuro un gran eje ferroviario dentro de la geografía española. Tanto fue así que, en uno de los puntos más altos del municipio, se construyó una gran estación de tres pisos de altura y con largos y anchos andenes. A su origen como punto de conexión entre Madrid y València, se le añadiría el de paso desde Baeza (Jaén) hasta Lleida. Sin embargo, este plan se quedó en el papel y ahora tan solo pasan apenas siete trenes por sus vías de la línea de Cercanías C-3 y del regional València-Cuenca-Madrid. Y sus vecinos y usuarios asisten día a día al ocaso del que estaba llamado a ser un gran nudo ferroviario.

«Esto era un cruce que iba a ir para todos los sitios, pero que se ha ido perdiendo», recuerda Miguel, un fontanero jubilado de 62 años, mientras se toma un café en el andén de la estación. No va a subir al tren que saldrá en escasa media hora. Él está allí, como otra decena de personas que se resguardan en el interior de la cafetería, para simplemente tomarse su «sorbito» de la mañana. Pero sí que conoce el día a día de los usuarios de estas vías: «El tren es muy lento y los asientos, para dos horas de viaje, no están bien. La gente más mayor acaba hecha polvo», relata. Sin embargo, sí que insiste en que la línea tiene un buen número de usuarios: «Van muchos estudiantes a Requena y a València». «Sobre todo desde que abrieron otra vez la llegada a la Estación del Norte», añade otra clienta.

Precisamente al cap i casal se dirigen Carmen y Miguel, un matrimonio de 69 y 70 años respectivamente. Son de Caudete de las Fuentes, pero usan habitualmente la C-3 desde Utiel para llegar a València. «Desde hace tres años y medio hago todas las semanas ida y vuelta para visitar a mis hijas y atender a los nietos», cuenta Carmen. En esta ocasión, el tren que les llevará será el de Media Distancia que viene desde Cuenca. «Este es bastante más cómodo, los otros son fatales, pero siempre viene con retraso. Hay días en que llega más de 20 minutos tarde. El otro sale a la hora porque la primera parada es aquí», critica. «Utiel es una de las estaciones donde más gente sube, pero el servicio es un poco deficiente», remata Miguel. «El tren es fatal, le cuesta dos horas llegar», insiste una mujer sin identificarse que llega apresurada con su marido para comprar el billete.

Entre tanto, mientras los pasajeros esperan, José, un vecino de Utiel nacido en Alaquàs, aprovecha también el andén para pasear a su perro, Morgan. «Es un sitio muy amplio donde el animal puede correr», argumenta. Y es que la escasez de ferrocarriles que pasan por la línea ha provocado que los vecinos den nuevos usos a una gran infraestructura que actualmente se encuentra infrautilizada con solo siete trenes al día.