Ver en persona un espacio inmortalizado por el cine tiene un indudable gancho. Y a ese atractivo consagra una de sus muchas actividades un pequeño alojamiento rural de Beniatjar, en la Vall d´Albaida. Este establecimiento (Terra blanca del Benicadell) ha organizado para este verano visitas guiadas a localizaciones de Dénia, Novelda y Agost en las que se rodaron total o parcialmente algunos títulos significativos del cine de aventuras. El recorrido lo guía el escritor británico Bob Yareham, autor del libro Movies Made in Spain y presidente de España de Cine. La idea ya se ha llevado a cabo con éxito en las provincias de Burgos, Guadalajara y Cuenca.
Yareham se planteó un día documentar las películas filmadas en España. Y es que debido a la riqueza paisajística del país pero, sobre todo, a los menores costes, la Península Ibérica albergó cientos de rodajes. Son famosos los casos de Almería y sus incontables spaghetti-western o las superproducciones de Samuel Bronston en la España de los sesenta. Pero además de dos casos tan concretos y tan comúnmente conocidos por los aficionados, hay muchísimas más películas que utilizaron España como plató y que abarcan casi todo el territorio. La Comunitat Valenciana fue uno de los enclaves preferidos por los cineastas.
En esta actividad con epicentro en Beniatjar está previsto visitar localizaciones presentes en las películas El Regreso de los Siete Magníficos, de 1966; El Jardín del Edén, Los Tres Mosqueteros; su secuela Los Cuatro Mosqueteros, La luz fría del día (la más reciente, de 2012) o la mítica El Capitán Jones, rodada en 1958 en Dénia y protagonizada por Robert Stack y Bette Davis. Algunas de ellas sólo pasaron fugazmente por tierras valencianas. Es el caso de La luz fría del día, con Bruce Willis y Sigourney Weaver, que apenas muestra algunas secuencias entre Xàbia, Altea y Alicante pero cuyo principal metraje se rodó en Madrid.
«Un filón por explotar»
En sus trabajos sobre la filmografía extranjera rodada total o parcialmente en España, Yareham contabiliza 720 películas. Pero perfectamente pueden ser más ya que el país sigue siendo punto de destino de grandes producciones. El autor asegura que semejante colección de títulos y de paisajes —que todavía están en la mayoría de casos igual que en los largometrajes— «son un filón turístico por explotar» y considera que el cine ha llegado a todos los rincones del mundo, pero hay pocos casos como el de España y su extraordinaria concentración de rodajes. La idea juega también con lo sentimental. Cuando un pueblo alberga un rodaje, a sus lugareños les queda marcado de por vida aquel desembarco de estrellas, medios técnicos... y también de dinero. Es el caso de Dénia con la película sobre el Capitán Jones, que marcó a una generación de vecinos. O el más conocido: Peñíscola y la revolución causada en su día por El Cid, con los rutilantes Charlton Heston y Sofia Loren.
La actividad de Beniatjar consiste en un visionado de las películas en el alojamiento para que el viajero se empape del espíritu del film. Y después tiene lugar el desplazamiento a los lugares que aparecen claramente reflejados en la película, con las explicaciones del guía: anécdotas, curiosidades protagonizadas por los actores y actrices... Yareham, tal como publicó Levante-EMV en un extenso reportaje, creó años atrás una base de datos de las películas de habla inglesa rodadas en España. Su idea posterior de explotar el encanto de visitar estampas inmortalizadas en el celuloide ha sido copiada de manera extensiva: ya hay tours por Madrid o Barcelona que recorren hitos urbanos sumamente populares gracias al cine como el edificio Carrión de la Gran Vía madrileña y su anuncio de Schweppes, icono de El día de la Bestia. Más recientemente causan furor entre sus legiones de fans las rutas por los espacios naturales que aparecen en la saga Juego de tronos.
