El director de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, explicó ayer que la repoblación de la zona quemada por el incendio de Gátova, que se originó el 30 de junio y llegó a la Serra Calderona, deberá esperar «muchos meses» para que las próximas lluvias no afecten a una orografía «enferma» tras el fuego.

Así lo aseguró durante su comparecencia en las Corts para explicar los trabajos de extinción en la Comisión de Justicia, Gobernación y Administración Local, donde recordó que este fuego declarado entre las provincias de València y Castelló que ha calcinado unas 1.200 hectáreas -el 95 % de la superficie forestal quemada este año- no está oficialmente extinguido, por lo que permanecen en la zona dos unidades de bomberos forestales de la Generalitat y dos unidades con autobomba del Consorcio de Bomberos de Castelló.

Ángel detalló que, en el caso de Gátova, todo apunta a que fue provocado por un rayo y explicó que pese a que en un primer momento la evolución invitaba a ser optimistas, un cambio de viento agravó la situación. El hecho de que se declarara a última hora de la tarde, apuntó, también afectó, porque los medios aéreos deben volver a los aeródromos a las 21 horas por cuestiones de seguridad.