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Ruta

Ayora se visita tras un hilo rojo

Los visitantes pueden descubrir los principales puntos de interés del municipio a partir de la narración de una leyenda local

Ayora se visita tras un hilo rojo

Cuenta una leyenda que en el convento de San Francisco de Ayora, allá por la Edad Media, vivía una niña que creció dentro de sus muros. A la pequeña no le dejaban salir y ansiaba poder descubrir el mundo que había más allá de las paredes que la protegían, pero que, a la vez, también la encerraban. Enclaustrada, la joven tan solo conocía la villa de Ayora, en la que vivía, a través de las historias de los monjes.

Una noche de luna llena, la niña, intrépida, se arriesgó a salir. Visitó y conoció cada uno de los rincones de este municipio del Valle en una larga noche, que quedaría marcada para la posteridad. Para resguardarse del frío, empleó una capa roja, que se quedó enganchada en una de las argollas de los muros del convento. De ese modo, un largo hilo rojo que salía de la capa dejaría la huella de todos los enclaves que visitaría.

Esta leyenda se ha transmitido de generación en generación entre los vecinos de Ayora hasta convertirse en uno de sus principales atractivos culturales y turísticos: la Ruta del Hilo Rojo, que fue reconocida el pasado mes de mayo por la Generalitat Valenciana con la declaración de itinerario de interés turístico local.

En ese periplo que emula al que realizó la pequeña que creció entre monjes, los visitantes pueden recorrer algunos de los puntos más emblemáticos de la antigua Ayora, y también de la actual. Durante alrededor de 3 kilómetros, a lo largo de una línea de color rojo bien visible en calzadas y aceras, locales y turistas tienen a su disposición 31 paradas en las que pueden conocer singulares historias ligadas a cada uno de esos lugares.

La ruta nace precisamente junto a los muros del antiguo convento de los franciscanos, donde se encuentra la actual Oficina de Turismo de Ayora. Allí ya está marcado el sendero rojo que conduce al visitante por pintorescas calles, plazas y portales singulares; barrios con encanto como el de la Morería, los Altos o el Hueco; o monumentos como el Castillo, las ermitas de San José y San Blas, la Lonja o la iglesia de Santa María la Mayor, amén de otras casas emblemáticas, vistas panorámicas u otros elementos patrimoniales como el edificio del Ayuntamiento o el panel cerámico de la Expulsión de los Moriscos.

Pero, además de todos los atractivos con que cuenta la ruta, el consistorio ayorino ofrece una inmersión todavía mayor en esta leyenda. A través de un sistema de audioguías disponibles en español e inglés, los usuarios pueden disfrutar de una narración en la que se recrea la historia de la niña de la capa roja del convento de San Francisco. Y es que esta leyenda ha permitido que, siglos después, los visitantes puedan descubrir Ayora a través de un estrecho hilo de color rojo.

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