El grupo popular en el Congreso de los Diputados ha propuesto que la fiesta de la Tomatina, la batalla de tomates que se ha celebrado este miércoles como cada último de agosto en Buñol y de reconocida proyección internacional, sea candidata a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

En una proposición no de ley (PNL) registrada hoy, el PP insta al Gobierno a que "apoye y defienda en las instancias internacionales oportunas" la inscripción de esta fiesta, que hoy se ha celebrado en Buñol con 22.000 personas, en la lista representativa para este reconocimiento.

Presentada a instancias del diputado por Valencia José María Chiquillo, la PNL pide ese apoyo previa aprobación del Consejo de Patrimonio Histórico y su grupo de Patrimonio Mundial e Inmaterial y "sin que implique ningún coste presupuestario adicional".

Chiquillo ha explicado que la petición cuenta con los informes favorables del Ministerio de Cultura para ser candidata de España a un reconocimiento que ya el año pasado lograron las Fallas de Valencia.

En el texto de la proposición se recuerda que los orígenes de la Tomatina se remontan a 1945, "a raíz de una disputa entre jóvenes que se lanzaban tomates mientras presenciaban un desfile de gigantes y cabezudos y otros actos de la fiesta".

La Tomatina fue prohibida entre 1950 y 1957 "hasta que, a demanda de los vecinos, se reinstauró de forma oficial", recuerda el documento, que hace hincapié en que la fiesta "consiste en una contienda en la que los participantes se arrojan tomates en la plaza del pueblo, que termina teñida de rojo".

Declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional, según el PP "año tras año crece el número de participantes y el entusiasmo" por la Tomatina, hoy en día "una de las fiestas españolas con mayor repercusión internacional".

El grupo popular considera que "a la vista de los elementos y valores" que la integran, esta fiesta "se merece la protección que se otorga a aquellos elementos del llamado patrimonio inmaterial o intangible, por constituir una tradición festiva, cultural y social de gran complejidad y coherencia".

En su argumento, destacan que "buñoleros y valencianos desean mantener y preservar, desde los ámbitos público y privado", esta fiesta "con la finalidad de transmitir un legado cultural vivo y auténtico, y promover el respeto por la diversidad cultural y la creatividad humana".