Cuatro ayuntamientos de la comarca de la Hoya de Buñol-Chiva han elevado a sus plenos una moción conjunta en la que reclaman a la Delegación del Gobierno que el cuartel de la Guardia Civil de Buñol pase a ser «puesto principal» y, por tanto, se incremente así el número de agentes disponibles para esa zona. En concreto, se trata de los municipios de Buñol, Alborache, Yátova y Macastre. En los tres primeros ostenta la alcaldía el PSOE, mientras que en el último es el PP quien gobierna.
Según argumentan los representantes de estas cuatro poblaciones, el acuartelamiento que cubre el área formada por sus cuatro términos municipales no tiene los suficientes efectivos para poder abarcarla de forma eficaz. Dicha área comprende una superficie de 297,66 kilómetros cuadrados, en los que viven alrededor de 14.000 habitantes, una cifra similar a la que tiene Chiva, en la misma comarca, pero que sí que cuenta con un puesto principal de la Benemérita y, por tanto, tiene el servicio reforzado para cubrir a una sola localidad.
Además, se da la circunstancia de que, salvo Buñol, estas poblaciones, por su escaso tamaño, ni siquiera cuentan con policía local que pueda servir de apoyo. Esto hace que en Alborache, Yátova y Macastre, la Guardia Civil deba encargarse de incidencias relacionadas con el tráfico, denuncias de perros peligrosos o notificaciones judiciales conflictivas, entre otros asuntos.
Por estos motivos, los gobiernos de estos cuatro municipios entienden que «es literalmente imposible que los agentes del puesto ordinario de Buñol puedan dar respuesta a las necesidades actuales». Asimismo, recuerdan que durante el verano, el número de habitantes de la zona se multiplica al haber allí una gran cantidad de segundas residencias, lo que provoca que se acuse todavía más la falta de efectivos de la Guardia Civil.
Sensación de ineficacia
A todo ello, la alcaldesa de Buñol, Juncal Carrascosa, añadió la situación que se está dando en su municipio desde el pasado mes de julio, cuando el centro de acogida de menores pasó a ser de recepción: «Ello implica un mayor trabajo administrativo y burocrático a los efectivos de la Guardia Civil que merma mucho tiempo de dedicación a otras tareas como la investigación, el patrullaje o la atención de denuncias que, en muchos casos, acuden a atender dichas necesidades los efectivos de la Guardia Civil desde Camporrobles, Utiel o Requena, con el tiempo que conlleva la movilización de los efectivos y la ineficacia a la hora de atender las denuncias o conflictos». Según criticó la propia Carrascosa, «ese tiempo de espera y falta de medios se traduce en una imagen de una Guardia Civil ineficaz por parte de la sociedad civil, que pasa a resolver sus problemas por otros medios o no llaman a la Guardia Civil cuando debieran porque no la ven visible».
