Continúan los problemas del agua, relacionados con la calidad de la misma o los derivados de las restricciones en el suministro, en las urbanizaciones de Chiva. Hace tres días, el ayuntamiento comunicó a la Urbanización El Bosque que el agua que consumen las 1.000 familias que viven en esta zona residencial no es apta para el consumo de las mujeres embarazadas ni para los lactantes, y tampoco para ser utilizada en la elaboración de alimentos infantiles como papillas o leches de continuación.

La web oficial del Ayuntamiento de Chiva publica el anuncio del Centro de Salud Pública de Manises, con fecha de 13 de noviembre de 2017, que califica el agua de la zona de abastecimiento 2-Urbanización El Bosque como «no apta» para los usuarios a citados. «Como medida de precaución por riesgo para la salud, esta restricción se mantendrá hasta el levantamiento de la misma», indica la nota pública. Ayer un portavoz de la Urbanización El Bosque confirmó a Levante-EMV que se ha avisado a los residentes de las precauciones que tienen que tomar al beber el agua de la red potable. El problema radica -al parecer- en el exceso de nitratos que presenta. En esta zona residencial viven unas mil familias, por tanto, unas cuatro mil personas, aunque es complicado determinar con exactitud el censo. De entrada, en todos los hogares donde haya embarazadas o bebés debe consumirse agua embotellada. Para el resto de usos como ducharse, hacer la colada o lavar la vajilla, el agua es perfectamente potable.

Sin embargo, la falta de potabilidad y de calidad en el suministro hídrico es un hándicap que se extiende a otras urbanizaciones de Chiva como Calicanto, Serra Perenxiza o Residencial La Loma, tal como han denunciado públicamente los vecinos en múltiples ocasiones. Ayer, el presidente de la Agrupación Entidades del Extrarradio de Chiva, José Luis Araque confirmó que en esta entidad «recomendamos no beber agua del grifo por el exceso de nitratos y que se compre embotellada para beber y cocinar». Además, confesó que hay «un desconcierto» y «una desconfianza» hacia las autoridades implicadas tanto Conselleria de Sanitat como el Ayuntamiento de Chiva que los ha llevado «a encargar nuestras propias analíticas para analizar la calidad de lo que consumimos». A su juicio, gran parte de los 6.000 residentes de las urbanizaciones tienen problemas con el suministro hídrico.

Como se recordará, el verano pasado, un brote de legionella detectado en el depósito de Santo Domingo que abastece a Calicanto, se saldó oficialmente con la muerte de una persona y seis afectados. Ya antes, en marzo, Araque recuerda que los vecinos habían advertido de la baja cloración merced a los análisis que ellos mismos encargaron. De hecho, otra de las quejas de los residentes de las urbanizaciones chivanas es que pagan «como potable, y por tanto, cara, un agua que no lo es», añadió Araque.

La foto anexa de esta información corresponde a una reunión que tuvo lugar en septiembre en Calicanto, del alcalde Emilio Morales con los vecinos, para tratar estos problemas del agua. Esta misma semana, Morales ha anunciado que ha tenido un encuentro con la CHJ para iniciar los trámites de reserva de 1 hectómetro cúbico de un pozo en la Partida Ballesteros, que podría garantizar el suministro a los 15.000 habitantes del pueblo.