Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un hongo valioso

El oro subterráneo de Andilla

El municipio de Los Serranos celebrará una feria en enero para dar a conocer el producto

Mapa de potencialidad trufera en el interior de la C. Valenciana

La despoblación es uno de los grandes problemas de los municipios del interior de la Comunitat Valenciana, lo que conlleva en una pérdida económica para los propios pueblos. Para cambiar esto, las localidades más aisladas de núcleos urbanos importantes tienen que reciclarse y buscar una oferta atractiva para cautivar a nuevos visitantes que generen economía local. Por ello, cada vez es más frecuente el turismo de experiencias en zonas rurales. Una de estas iniciativas la tiene Andilla que pretende dar a conocer uno de sus productos autóctonos con más valor y que pueden pasar desapercibidos, la trufa negra de invierno (tuber melanosporum).

?Entre los días 20 y 21 de enero, el municipio de la comarca de Los Serranos celebrará la 1ª Feria Valenciana de la Trufa. Una cita que reunirá a expositores y amantes de este producto podrán descubrir la tradición de este hongo así como sus usos y aplicaciones, principalmente a nivel culinario.

?Las tierras de Andilla reúnen las condiciones necesarias para que la trufa sea una de las marcas propias que vuelva a revitalizar un pueblo con 349 habitantes empadronados, pero solo 70 son residentes fijos. «Queremos generar economía y concienciar a los vecinos de la riqueza que tienen gracias al suelo, Andilla es una zona ideal para que salgan las trufas por la altura, las bajas temperaturas y el material de sus terrenos», cuenta Maite Estevan, técnica turística del ayuntamiento e impulsora de la feria.

?Los suelos calizos con un PH alto que ahuyente a otros hongos competidores son los ideales para el cultivo de la trufa. Y es que aunque el imaginario popular pueda pensar que este producto es recolectado en suelo forestal también existen plantaciones de este hongo. De hecho hay más de 200 cultivos que extraen cerca de 200 kilos de trufa negra en cada campaña de invierno -del 15 de noviembre al 15 de febrero- en el término de Andilla según informa la oriunda Asociación de Truficultura Valenciana. Para ello es necesario que previamente se planten encinas, robles, avellaneros o carrascas microrizadas preparados en viveros especializados, ya que la raíz de estos árboles son portadoras del hongo.

Hace más de veinte años que se creó la asociación recolectora pero todo empezó por casualidad cuando vieron unos franceses recogiendo «unas patatas negras» señaló el fundador y presidente Ernesto Enguidanos. «Es una alegría que se celebre la feria, aunque cuando yo empecé a plantar se reían todos, me traje las plantas de Burdeos, y ahora hay una fiebre increible», rememora Enguidanos que desea que «los valencianos conozcan el producto que tiene en casa y no lo vendamos todo a Francia, además que aquí tienen un aroma diferente que las hace muy preciadas». Los recolectores venden las trufas por aproximadamente 700 euros el kilo «pero podrían llegar a ganar más de 2.000», indica Estevan.

Búsqueda mediante perros

Para localizar y extraer el producto de debajo de la tierra es necesaria la ayuda animal. Los perros recolectores resultan claves. Estos canes tienen que estar educados para esta tarea es por ello que aquellos chuchos afables y obedientes son los mejor indicados para cercar a este hongo hipogeo. Además, como la trufa negra de invierno se recoge en el interior y en época invernal, las bajas temperaturas están a la orden del día por lo que lo conveniente es que el perro tenga un tamaño medio y pelo duro que resista la maleza forestal, aunque no hay una raza específica que sea especialista en estas búsquedas. La extracción se completa con machetes especiales con los que se excaba.

Compartir el artículo

stats