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Del secano al regadío: una historia digna de ser contada

Godelleta logra transformar 2.000 hectáreas de secano en ricos regadíos con frutales, naranjos y viñedos gracias al esfuerzo colectivo

Del secano al regadío: una historia digna de ser contada

Más de dos mil hectáreas de secano han sido transformadas en ricos regadíos en el término municipal de Godelleta. Se trata de una historia digna de ser contada. Una historia de empeño colectivo, de sacrificio y de fe que provoca admiración a quien se acerca hasta ella. Una historia que, como bien define el presidente de la Comunidad de Regantes, Vicente Franco: «es ejemplo de lo que un pueblo puede realizar cuando le une un objetivo común».

Dos mil hectáreas de frutales, naranjos y viñedos que convierten a este término municipal en un rico vergel que dejó en el olvido los tiempos en que cereales, algarrobos y olivos ocupaban las tierras.

La Cooperativa comercializa más de quince millones de kilos de naranjas y otros frutales, además de los diez millones de kilos de uva que se convierten en rico moscatel que se exporta a diversos lugares de España y Europa. Es Godelleta un pueblo con espíritu cooperativista lo que le permite concentrar la producción y las ventas de frutas y vides y conseguir beneficios con una estación de servicio, tienda de suministros agrícolas y almacén de confección y venta de naranjas, además de la bodega que emplea a muchas familias de la localidad.

Todo ello estuvo a punto de venirse abajo hace apenas cinco años, cuando una terrible sequía provocó el agotamiento del acuífero de la Contienda, en el término de Chiva del que la Comunidad de Regantes suministraba agua a sus campos.

Casi dos mil hectáreas de tierras de cultivo habían de repartirse un agua a todas luces insuficiente. «En la primavera de 2014, este verde que ahora contemplas era de un color amarillento que presagiaba la muerte definitiva de la obra de transformación que el pueblo había realizado. Teníamos naranjos pero no teníamos agua para regarlos», nos dice el presidente.

En marzo de 2014 había que actuar. Otro verano sin agua hubiera sido definitivo. «Necesitábamos agua de dónde hubiera. Y la había a las faldas de la Sierra de Perenxisa, en el término de Chiva, lindante con Torrent. Hoy agradecemos aquel momento de desesperación porque nos obligó a ser resolutivos. En tres meses subimos agua del este al oeste. De abajo a arriba. Hicimos una tubería de casi veinte kilómetros. La hicimos sí o sí. La construimos antes de que nos llegaran los permisos administrativos. Esperarlos hubiera sido mortal para nuestros campos. Por encima de un permiso estaba la vida o la muerte de un pueblo. Confiar en subvenciones, ni te digo. Había que sacar créditos, jugarnos el patrimonio para salvar las tierras. Fuimos unos locos pero hoy Godelleta puede sentirse orgullosa de haber realizado una obra que es admirada en toda España. Vienen gentes de otras regiones agrícolas a contemplarla y no acaban de creer lo que ven. Es una obra de todos».

Apuesta por la fotovoltaica

Más de cinco millones de euros se invirtieron en llevar agua desde las faldas de la Sierra Perenxisa, casi al nivel del mar, a lo alto del Farrajón a casi veinte kilómetros de distancia y a más de 500 metros de altura, con varias balsas. Una obra de ingeniería que ha requerido implementar la tecnología más moderna. Los rebombeos de agua se realizaban con gasóleo. El metro cúbico superaba los 30 céntimos de costo. Había agua, pero demasiado cara. Se pensó en la energía solar. Y con la misma decisión de hace cuatro años, se lanzaron los agricultores de Godelleta a instalar un total de siete campos de placas solares que sustituyeran al gasóleo, contaminante, ruidoso y caro.

«En unas semanas el precio del agua no superará los quince céntimos y todavía esperamos que pueda resultar más barata. Una inversión que se rentabilizará en poco tiempo», afirma Vicente Franco. Alguna compañía eléctrica quiso llegar a acuerdos «favorables» para el suministro eléctrico. La respuesta de Godelleta fue unánime: «pagaremos los intereses del crédito pero seremos propietarios de la energía. Dependeremos de nosotros?» El presidente afirma legítimamente orgulloso: «hoy la compañía eléctrica nos pone como ejemplo y se ha lanzado al negocio de la fotovoltaica».

Esta inversión en energía renovable y limpia y que convierte a esta obra en la más emblemática realizada en Europa ha contado con una aportación de la Consellería de Agricultura del cincuenta por ciento de la inversión.

Para Vicente Franco, que resalta siempre que se trata de un empeño común y solidario: «de todo el pueblo de Godelleta», lo más importante de esta infraestructura modélica y ejemplar no es la rentabilidad económica, sino algo más profundo: «mi pueblo ha demostrado ser capaz de unir fuerzas, superar diferencias y aparcar rencillas para unirse. El agua ha reconciliado a gentes; ha dado trabajo a muchas familias. Casi toda la inversión, más de quince millones de euros, está en manos de empresas locales. Es riqueza que se queda entre nosotros», afirma.

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