Lluís Cucarella, Xàtiva

Ayer fue uno de los días más emotivos en la vida de los que vivieron el bombardeo de la estación de Xàtiva en 1939 o de los familiares que han oído de sus abuelos o padres los detalles de aquella barbarie que segó la vida de 109 personas, tres de ellos niños. Tanto que, cuando uno de los supervivientes, Enrique Palop, inauguró el monumento que recordará en adelante a las víctimas, y la edad no impidió que levantara su puño izquierdo, decenas de personas tuvieron que secarse las lágrimas, porque la emoción contenida de una mañana cargada de emotividad acabó aflorando. El de ayer no fue un homenaje más de los que se vienen celebrando anualmente, sino el homenaje que muchos esperaban desde hacía décadas, y no faltó uno de los emblemas de la Xàtiva antifranquista, de la Xàtiva de ahora, y de la Xàtiva del futuro, el cantante Raimon.

El ayuntamiento se opuso

Pero el acto había empezado al mediodía, con la presencia de unas 800 personas, que llegarían al millar después. Primero fue el presentador del acto, Jordi Estellés, del Consell Local de la Joventut, quien recordó lo difícil que ha supuesto inaugurar el monumento -el ayuntamiento se ha opuesto e incluso mandó retirar una maqueta del monumento de la casa de la cultura y Renfe al principio exigió acuerdo del pleno-, y agradeció la colaboración de la gente que ha hecho posible que el monolito esté ya ante la estación. Después Pablo Rodríguez, de Izquierda Republicana, el partido que ha mantenido viva la llama del homenaje durante estos años, incidió de nuevo en la barbarie que cometieron los fascistas al atacar Xàtiva por ser fiel al gobierno legítimo de la República, y posteriormente, el autor del monumento, Miquel Mollà, explicó los detalles del monolito, la estructura de cierta simetría, la tensión entre agresores y agredidos, unas manos realizando un gesto de protección, unos brazos levantados, unas alas... la puerta que es necesario cruzar. Aixopluc es el nombre del monumento. Le sucedió el presidente del CLJ, Miquel Lorente, quien comentó que les había dolido que algunas personas «incluso casi institucionalmente», les habían acusado de querer reabrir heridas, «y eso no es cierto. Queríamos que hubiera un recuerdo para las personas que lucharon por la dignidad y la igualdad». Después, miembros del grupo Bicicleta Teatre colaboraron en el homenaje con la lectura de varios poemas y al acabar, Jordi Estellés agradeció a Raimon su presencia y le pidió que subiera a la tarima. El cantautor no lo dudó y dijo que es «un monumento de justicia y me sabe mal que las instituciones de Xàtiva no sean instituciones de todo el pueblo, sino de una parte del pueblo. Mi madre me contaba el bombardeo y la tragedia que supuso, pero ha sido más trágico que en 40 años haya gente que no haya dicho nada; hace ya 32 años que murió Franco y aún hay gente a la que le sabe mal que se recuerde a estas personas asesinadas vilmente. No hay vida sin dignidad para los muertos. Por eso estoy aquí y no he dudado en venir». Pep Gimeno, Botifarra, concluyó las intervenciones con varias canciones versadas. El primer verso dijo así: «Arrassada al segle XVIII i destrossada al XX, ni els borbons ni els feixistes poden amb els xativins». Después, Enrique Palop y José Pastor inauguraron el monolito. No pudo estar otro superviviente, Rogelio , por su avanzada edad, pero fue recordado por todos. Muchos políticos apoyaron el acto con su presencia. Es el caso de Isaura Navarro (EU), Joan Ribó (EU), Ramon Cardona (EU), Josep Bort (EU), Agustí Cerdà, (ERC), el diputado socialista Ramon Ortolà o Cristina Suñer (Bloc).