En cualquier caso, en la conselleria insistían en considerar la práctica de la ganadería como beneficiosa para la conservación del Marjal dels Moros, tanto la cría equina desarrolladas ahora por Novomadera, como la práctica tradicional del ganado ovino. En esta línea, desde Medio Ambiente niegan que la nueva yeguada ponga en peligro las explotaciones tradicionales y aseguran que los dos pastores disponen de hasta 300 hectáreas de pastos para la cría de sus rebaños. Sin embargo, ambos pastores cuestionan esta afirmación, especialmente en lo relativo a los terrenos disponibles. "Hay una cosa clara y es que mientras él tiene una licencia, un documento que acredita la concesión de esos terrenos, nosotros no tenemos nada", señala Bayo. Pero éste no es el único problema. Otro es la alteración de los pasos que ha supuesto el cercado de Novomadera. "Yo tengo que dar de beber a mis ovejas, las zonas donde hasta ahora lo hacían se están secando, y de donde pueden beber ahora, está cercado", comenta Voro Pérez.