Josep Moreno, Valencia

Dinko Sakic, comandante del campo de concentración de Jasenovac (Croacia) en los años de la Segunda Guerra Mundial, ha muerto en Zagreb, la capital de la nueva Croacia, donde permanecía en prisión. Sakic aún es recordado en Carcaixent porque pasó largas allí temporadas en los años sesenta, ya que visitaba a su cuñado, Vjeskoslav Maks Luburic, máximo responsable de los campos de concentración de la Croacia nazi de los años cuarenta. Luburic fue asesinado en Carcaixent en abril de 1969 por otro inmigrante croata, Ilija Stanic, quien nunca fue detenido por la policía.

Tras la caída de la Croacia aliada de nazis alemanes y fascistas italianos, Luburic se refugió en Carcaixent, protegido por el régimen franquista, y Sakic encontró asilo en la Argentina de Perón. Sakic vivió con identidad falsa en el país sudamericano -junto a su esposa Nada, hermana de Luburic- hasta 1998. Aquel año, periodistas argentinos descubrieron la verdadera identidad de Sakic. Un documental emitido por la televisión argentina reveló que Sakic vivía en la localidad turística de Santa Teresita. El documental tuvo un efecto inmediato: el gobierno de la actual Croacia democrática pidió la extradición de Dinko y de Nada, y Argentina accedió a la petición.

"Tengo la conciencia tranquila". Estas fueron las primeras palabras de Dinko Sakic ante el tribunal en Zagreb. Pero los jueces vieron las cosas de otro modo y en 1999 le condenaron a 20 años de prisión por genocidio. Ahora ha muerto a los 86 años en el hospital de la prisión Rementinec de Zagreb después de una larga enfermedad.

Sakic admitió haber estado al frente -entre diciembre de 1942 y octubre de 1944- del campo de concentración de Jasenovac, donde murieron, según las estimaciones más moderadas unas 150.000 personas, principalmente judíos, serbios, gitanos y croatas antifascistas.

Jasenovac fue uno de los campos de exterminio más terribles de todos los que hubo en Europa durante la Segunda Guerra. Tanto que se ganó el sobrenombre de Auschwitz de los Balcanes.

Nada Luburic, acusada de colaborar

Sakic llegó a Argentina en 1947, y medio siglo más tarde fue deportado de nuevo a Croacia, esta vez para ser juzgado. También Nada Luburic fue acusada de colaborar con él en el campo de exterminio. Se probó que Nada fue la encargada del sector femenino de Jasenovac, pero no se pudo demostrar que hubiera matado, por lo que fue absuelta, ya que el resto de cargos había prescrito.

Pese a la gravedad de los cargos, Sakic estaba alojado en una celda confortable con televisión y ordenador, donde escribía sus memorias y tenía autorización para visitar a su esposa, Nada, varios días al mes en un asilo de ancianos en Croacia.

Quizá en esas memorias, si llegan a publicarse, revele detalles de sus continuas visitas a su cuñado en Carcaixent, la protección que aquellos criminales nazis recibían de las autoridades españolas, y los pormenores del asesinato de Luburic en este municipio de la Ribera, que commocionó a todo el exilio croata de aquel momento.