S. Sapena, Gandia

El área montañosa de la Caldereta, en el término de Gandia, se está revelando como la que registra la mayor pluviosidad de toda la Comunitat Valenciana. La orografía de la zona, a los pies de la falda sur del Mondúber, expuesta a la entrada de vientos marítimos, facilita que las nubes descarguen con mayor intensidad que en el resto de la comarca de la Safor.

En medio de esa zona el Ayuntamiento de Gandia colocó un pluviómetro automático con el fin de poder conocer con antelación el riesgo de que el barranco de Beniopa, que atraviesa la ciudad, se desborde y pueda causar daños.

La lluvia acumulada en los dos últimos años resulta sorprendente. En 2007, con lluvias algo por encima de lo normal, en este paraje de Gandia se midieron más de 1.600 litros por metro cuadrado.

Un año 2008 espectacular

Más espectacular ha sido el recién concluido 2008, también con lluvias por encima de la media, cuando el pluviómetro de la Caldereta ha acumulado 1.948 litros. Se trata de una cantidad que raramente se registra en la Comunitat Valenciana, incluso durante los otoños en que aparecen las temidas gotas frías.

Esos casi dos mil litros caídos en 2008 son aún más sorprendentes si se comparan con los apenas 1.365 que se acumularon en el casco urbano de Barx, situado a menos de dos kilómetros de distancia. En el centro de Gandia, sin embargo, se acumularon 1.676 gracias a un otoño extraordinariamente lluvioso, más del 50% de lo que es habitual.

El mapa climático de la Comunitat Valenciana hace años que fijó que las comarcas de la Safor y la Marina Alta están a la cabeza en lluvias. El pluviómetro de la Caldereta ha revelado ahora que ese punto tiene todos los visos de atribuirse el récord de precipitaciones, pero no resultaría extraño que en otros valles abiertos al mar que no disponen de elementos de medición puedan repetirse lluvias así, e incluso superiores.

La respuesta a este fenómeno radica en la orografía. La Caldereta forma una hondonada a unos 400 metros de altura enclavada entre la falda sur del Mondúber y la Serra Grossa. Ese pequeño circo está abierto no sólo al viento de levante, sino también al de noreste y sureste, lo que facilita que, al ganar altura, las nubes descarguen la humedad que han acumulado en su recorrido marítimo.

La lluvia de la Caldereta que no se infiltra en la montaña discurre hacia el barranco de Beniopa, que cíclicamente se ha desbordado y causado tragedias. La última de ellas fue en noviembre de 1987.