J. Sierra, Valencia

La Conselleria de Medio Ambiente proyecta una intervención de choque en el parque natural de la Sierra Calderona para controlar la imparable expansión de la Opuntia maxima o chumbera, que está colonizando en detrimento de las especies autóctonas todas las zonas deterioradas por los sucesivos incendios. El pasado año, la conselleria encargó una prospección en detalle de las 17.781 hectáreas del parque y su entorno calificadas como Lugar de Interés Comunitario (LIC).

El estudio, realizado por Miguel Ángel Gómez-Serrano y Olga Mayoral con cargo a los proyectos LIFE, desveló la magnitud del problema y aportó también muchos detalles sobre el proceso colonizador seguido por esta planta, que amenaza con transformar el paisaje de la emblemática Calderona hacia modelos similares a los de los desiertos mejicanos. Así, los investigadores comprobaron que la chumbera ocupa ya 365,6 hectáreas de las 17.781 del área LIC y que en 92 hectáreas ya es dueña absoluta del territorio, impidiendo el desarrollo de otras especies. Según los datos de esta prospección, en la sierra Calderona podrían existir en estos momentos más de siete millones y medio de chumberas.

Preferencia por las zonas quemadas

La investigación ha determinado también que coloniza preferentemente el territorio situado entre los 100 y los 500 metros sobre el nivel del mar (el 95% se sitúa en esta franja)y es especialmente activa en las zonas que resultaron quemadas hace más de cinco años. De hecho, los autores del trabajo han constatado que la existencia de matorral o cobertura arbórea original es uno de los pocos factores que permite controlar la plaga y en las zonas donde la cobertura de matorral superaba el 70% no hay chumberas.

La opuntia se reproduce con facilidad, aunque en La Calderona un 47,3 de las poblaciones detectadas no se reprodujo sexualmente. Son otras especies de fauna las que están favoreciendo su desarrollo, en especial el zorro y, sobre todo, el cuervo, que persigue con placer los suculentos higos de la chumbera y dispersa después sus semillas en las deposiciones.

Según el informe de Medio Ambiente, el 95% de las áreas afectadas por la opuntia se encuentra a menos de dos kilómetros de un nido de cuervo. A partir de esta distancia, la invasión de la planta era mucho menos importante. La vinculación del cuervo y la opuntia es evidente en muchos escarpados donde los cuervos anidan y donde la única manera de que hayan llegado semillas es a través de las deposiciones de estos animales, protegidos por la ley valenciana.