Levante-EMV, Valencia

La construcción de un tren para el futuro ha permitido descubrir una parte del pasado. El AVE C. Valenciana-Madrid se ha topado en 914 kilómetros de trayecto con 47 yacimientos arqueológicos. Los hallazgos han obligado a remover 104.777,97 metros cuadrados de terrenos (como 14 campos de Mestalla). Las excavaciones han permitido documentar y recuperar joyas del pasado como la villa romana de l'Ènova (la Ribera) o los 8.000 fósiles de 80 millones de años y restos de tiranosaurio localizados en Lo Hueco (Cuenca). En Alicante y Valencia el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), responsable de las obras, destaca los hallazgos de seis yacimientos. Castelló es una incógnita porque no se han iniciado las obras. Aunque el estudio informativo prevé que la traza se encuentre con 8 yacimientos arqueológicos (7 en Castelló y uno en Valencia, a distancias de entre 50 y 200 metros) y con la villa romana de Benicarló (Nules), declarada BIC y que se encuentra a 150 metros de la futura plataforma. Adif asegura haber gastado hasta ahora 19,5 millones de euros en estudiar, excavar y conservar estos yacimientos. Levante-EMV recopila algunos de estos trabajos.

La Ribera

El pasado milenario que l'Ènova guardaba escondido bajo tierra ha salido a la luz por las obras de plataforma del AVE. Se trata de un hallazgo de gran importancia, ya que piedra a piedra se desenterró una villa romana de gran valor. El importante número de piezas recuperadas ha permitido a los arqueólogos reconstruir la historia de un asentamiento que fue levantado entre los años 65 y 75 dC y estuvo ocupado durante casi seis siglos.

Los restos hallados han permitido conocer el gran poderío de la familia que habitó la villa en el siglo I y, por las inscripciones encontradas, se sabe que fue propiedad de Publius Cornelius, un patricio procedente de los linajes más influyentes de la Saetabis de la época.

Para llegar a estas conclusiones tuvieron que pasar meses de excavaciones y estudios. Fue en el verano de 2003 cuando, después de arrancar los naranjos de la zona e iniciar los movimientos de tierra, aparecieron en superficie abundantes restos de cerámica y mármol. Los trabajos del AVE se paralizaron y Adif, bajo la supervisión de Patrimonio, excavó en un área de 2.600 m2, aunque se calcula que la villa puede alcanzar los 10.000 m2.

Busto de Hércules

Pronto los arqueólogos se dieron cuenta de la importancia de la villa, que se articulaba a partir de un patio central porticado, rodeado por las habitaciones de la casa, además de una zona de termas y un templo para el culto a Hércules. Restos de la estatua de Hércules se han podido recuperar en la excavación, así como gran cantidad de piezas de vajilla de cerámica, vidrio, mosaicos, una estela funeraria de 1.200 kilos, recubrimientos de mármol, inscripciones y 55 monedas. Algunas de especial interés, sobre todo un sestercio de Nerón, muy bien conservado y con un reverso de gran belleza. Los restos decorativos constatan que fue una villa muy suntuosa, con pavimento de mármol de Buixcarró y mosaico policromo. Las paredes estaban pintadas al fresco y tenían esculturas de mármol blanco. También se descubrió una necrópolis islámica con 15 tumbas individuales y restos óseos aislados. Los resultados de la excavación se han recogido en la publicación La villa de Cornelius, editada por el Adif.

Pese a la importancia de la villa, el proyecto original contemplaba que se enterrara bajo las vías del AVE, a lo que l'Ènova se opuso. La movilización de los vecinos obligó al Gobierno a modificar el proyecto y elevar la plataforma a su paso por el yacimiento. Para construir el viaducto, que se eleva unos 2,5 metros, la villa se ha enterrado. Cuando concluyan las obras del AVE, l'Ènova aspira a desenterrarla, excavar más y crear un parque arqueológico.

Requena-Utiel

Tres yacimientos ha encontrado el AVE en Requena-Utiel lo que ha obligado a realizar una inversión de 854.792 euros. Entre los hallazgos la granja de cronología ibérica, Cerro Tocón, de 1.200 m2, donde se han encontrado muros con derrumbes y adobes, vertederos con cerámica de los siglos V y IV a.C y una zona con horno y almacenes. También en Requena se localizaron 24 silos musulmanes del siglo XIII pertenecientes a una alquería en el paraje de Rozaleme. La importancia del hallazgo es que situa una población musulmana fuera de la ciudad y junto a una zona con agua abundante y un importante desarrollo agrícola. No se ha seguido con las excavaciones fuera del ámbito del trazado del tren. Los silos se cubrieron con textil impermeabilizante para protegerlos y se realizó un informe. En Utiel, se encontró cerámica del siglo III al IV en la Vega de la Torre.

l'Horta

En l'Horta, Adif destaca la Alquería de Aiguamolls (siglos XVII-XX), que ha quedado encajonada bajo el viaducto sobre el Turia y la V-30 y que ha implicado una inversión de 499.018 euros. También se han destinado otros 14.268 euros, según Adif, en la "identificación de caminos, redes viarias y elementos etnográficos en 16.000 metros cuadrados de l'Horta de València".

Xàtiva

Aunque Adif no lo cita en su informe, el acueducto de la Torre d'En Lloris (Xàtiva) del siglo XVIII logró salvarse de la piqueta. Esta estructura de 30 arcos, 300 metros de longitud y 8 de altura, es uno de los testimonios de la arquitectura del agua previa a la era industrial mejor conservados, aunque ha quedado encajonado entre grandes vigas de hormigón.