Paco Cerdà, Xàtiva

Cuando en 1995 Alfonso Rus fue investido alcalde de Xàtiva después de 16 años de gobiernos socialistas, se encaró a la oposición en el primer pleno y le dijo: «A partir de ahora, rodilla en tierra y a callar». Fue el estreno de un gobernante que siempre se ha presentado como un outsider de la política y que ha hecho carrera, precisamente, por no callarse ni una en público. Músicos, profesores, artistas, catalanes, la universidad, adversarios políticos, estudiantes, amas de casa, filólogos, empresarios locales… todos han sido víctimas de las descalificaciones proferidas por quien actualmente ocupa la presidencia de la Diputación de Valencia, del PP provincial y del Ayuntamiento de Xàtiva.

Cuando en 1997 la Conselleria de Educación concedió a Xàtiva una extensión de la Universitat Politècnica de València y el PSPV local intentó vincularlo con las gestiones realizadas en 1994 por el entonces conseller socialista Joan Romero, Rus replicó que Romero «s’hauria fet dos whiskys» antes de lanzar semejante propuesta.

En septiembre de 1998, Alfonso Rus se negó a ceder una valiosa pieza del patrimonio setabense que supera los nueve siglos de antigüedad a una exposición internacional de la Generalitat de Catalunya. La justificación, explicada en rueda de prensa, fue muy simple: «Als catalans, ni aigua», afirmó Rus. Y por si quedaban dudas, matizó: «Mientras yo sea alcalde, esta pila no sale de aquí hacia ningún sitio, pero a Cataluña aún menos». Con posterioridad, la famosa pilaislámica ha viajado a exposiciones de Madrid y Bruselas.

Otro revuelo lo armó en su propia ciudad en mayo de 2002. Los alumnos de la Escola d’Adults Bosch i Morata de Xàtiva protestaron por las condiciones de masificación en que estudiaban sus más de 700 alumnos. En respuesta a las quejas, Rus advirtió que estaba recabando información sobre cuántos alumnos del centro eran de Xàtiva y cuántos eran de otros municipios. Porque «aquí no hay 700 analfabetos», dijo Rus, como si los estudiantes de la EPA fuera gente que no supiera leer ni escribir. Poco antes, en el acto del 50 aniversario de la Formación Profesional en Xàtiva, Rus afirmó que cuando él era joven, a la FP «sólo iban los más burros».

Lo cierto es que el alcalde de Xàtiva nunca ha estado a buenas con el mundo de la educación y la cultura. En diciembre de 2004, pocos días antes de ser elegido presidente provincial del PP, Alfonso Rus llamó «chupópteros» y «membrillos» a los profesores de la Universitat de València, a quienes acusó de perder el tiempo y tener siempre «la mano en el culo». Aquellas manifestaciones obligaron al rector de la Universitat, Francisco Tomàs, a saltar a la arena política para calificarlas de «rechazables» e «indignantes».

Apenas dos meses después, Rus decidió entrar con fuerza en el debate de la lengua y cargó contra los filólogos de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. A los filólogos les recomendó que «si no están de acuerdo con que aquí se habla la lengua valenciana, que se vayan a Barcelona». Según apostilló Rus, hay «mucha gente que no siente el ferro. Y el que no siente el ferro, me van a perdonar, pero es un cabrón».

Si el salto político de Rus a la presidencia del PP vino precedido de la polémica con la Universitat de València, la cuarta mayoría absoluta de Rus en Xàtiva y su desembarco en el Palau de Batlia como presidente provincial en 2007 llegó después del polémico capítulo de las grabaciones. En plena campaña electoral, un blog difundió una grabación con la voz de Alfonso Rus en la que llamaba «fills d’una puta» a los músicos de su ciudad y los acusaba de ser «més rojos que un titot». Cuando más de medio millar de músicos se manifestaron por las calles de Xàtiva en respuesta a sus insultos, Rus se burló de «la banda de trilitrón» que había merodeado su domicilio.

Luego se filtró por internet un mitin suyo en el que llamó «burros» a los votantes del PP. «Dije, llevaré la playa a Xàtiva y se lo creyeron. Si yo mando, traigo la playa. Y va y se lo creen todos… ¡Serán burros! Y me votaron», afirmó Rus. Y en la tercera entrega de las grabaciones, Rus aseguró, mientras hablaba del candidato del PP a la alcaldía de Torrevieja, que en esa ciudad «la mafia rusa es la que controla el tema».

En la siguiente campaña electoral, las generales de 2008, Rus afirmó que la candidata socialista De la Vega quería arreglar la crisis del textil «matando a todos los chinos». «A lo mejor no lo dijo así, pero lo pensó, que es peor», agregó el alcalde de Xàtiva.

«La de la mochila» y el «bon xic»

De la clase política no faltan menosprecios y comentarios burlones. A Rafael Rubio lo describió en febrero como «un bon xic i treballador, lo que dicen las suegras para decirle a uno inútil». A la diputada Glòria Marcos (EU) se refiere habitualmente como «la de la mochila». Cuando el alcalde socialista de Xàtiva entre 1979 y 1983 se presentó contra él a las elecciones de 1995 con 66 años, Rus exclamó: «¡Han sacado a la momia del sarcófago!». A la actual dirección socialista de Xàtiva los ha calificado de «maleteros» y a su portavoz, Roger Cerdà, le llama «Rogelio» en tono burlón.

«Alfonso es así y no puedes cambiarlo», aseguraba ayer un militante popular de Xàtiva tras la polémica con los profesores. Quizá la esencia de la actitud de Rus se halle en otra declaración, esta otra realizada en una entrevista que concedió a Levante-EMV en diciembre de 1995, nada más estrenar la alcaldía de Xàtiva. «Se es alcalde —confesó Rus— por protagonismo, para salir en la foto. Eres el ídolo. A mí me gusta ser importante. Desde que soy alcalde, la policía se me cuadra. Es un orgullo ser el que más manda del pueblo».